miércoles, 17 de diciembre de 2014

El pasado 7 de diciembre, el Papa Francisco usó una Tablet para encender desde el Vaticano el árbol de Navidad más grande del mundo: una estructura de luces que descansa sobre el monte Ingino, en Gubbio, la ciudad italiana donde San Francisco amansó al lobo, escribiendo las siguientes palabras:
''Les deseo una Navidad santa y feliz –dijo al momento de encender el árbol- Cuando encendemos la luz del árbol de Navidad, queremos que la luz de Cristo esté en nosotros. Una Navidad sin luz no es Navidad. Que haya luz en el alma, en el corazón. Que haya perdón, que no haya enemistades, tinieblas... Que haya la luz de Jesús que es tan bonita”.
“Es lo que les deseo a todos, ahora, cuando enciendo la luz del árbol de Navidad. Muchas gracias por su regalo, es hermoso. Yo también les doy mis mejores deseos de paz y de felicidad. Si tienen algo oscuro en el alma, pidan perdón al Señor. Navidad es una buena oportunidad para dejar limpia el alma. No tengan miedo, el cura es misericordioso, perdona a todos en nombre de Dios, porque Dios lo perdona todo”.
“Que la luz esté en sus corazones, en sus familias, en sus ciudades. Y ahora con este deseo, encendamos la luz y que Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo los bendiga. Feliz Navidad y recen por mí”
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,6-8.19-28):
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
El dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
COMENTARIO
El Evangelio de este domingo nos presenta la figura de Juan Bautista como un hombre enviado por Dios, que venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: ¿Tú quién eres? Juan contestó: Yo soy «la voz que grita en el desierto: allanad el camino del Señor»

El evangelio de hoy es claro y sencillo. Juan venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Posiblemente hoy, no suscitamos seguidores de Jesús, porque se nos olvida, que la luz que hemos recibido, no es solamente para nosotros; sino para que nosotros seamos transmisores de esa luz. Nosotros no somos la luz, la luz es Cristo, nosotros somos los que pasamos el testigo de la luz.
Pero la antorcha que debemos dar como testigo a los demás, debe de alumbrar el camino para ver y no crear más oscuridad. Nuestra antorcha debe de allanar el camino, y no hacer agujeros y trampas, para que los caminantes se cansen por el camino.
La figura de Jesús, no fue solamente admirada por las gentes de su época, sino que ha sido admirada a todo lo largo de la historia. Hoy en día, también sigue siendo admirada, no solamente entre las personas mayores, sino entre las personas de todas las edades y especialmente entre los jóvenes, según revelan varias encuestas de opinión.
La cuestión es saber si Jesús, lo que quiere es admiradores o seguidores. Lógicamente de los Evangelios deducimos que Jesús lo que quiere son seguidores y no admiradores.
La pregunta es obvia: ¿por qué entre los creyentes existen más admiradores que seguidores?
Porque la admiración, se queda en lo maravilloso del personaje, posiblemente en su divinidad y esto no requiere compromiso ninguno con Jesús. El seguimiento requiere un encuentro con lo humano para encontrar lo divino, es decir imitar a Jesús, vivir como Jesús y esto es ir en contra de muchos principios dogmáticos sociales y eclesiales.
Lo que hace más humano y construye el Reino de Dios en este mundo, son las personas que se parecen e intentan vivir como Jesús y no las gentes que sólo lo admiran y veneran.
La Iglesia necesita seguidores y no admiradores.
Que el tercer domingo de adviento que vamos a celebrar, nos sirva para comprender como diría Pedro, que todos hemos sido llamados hacer testigos de la esperanza recibida.
COMPARTIR NO SÓLO EN NAVIDAD
Durante estos días nos llegarán postales y felicitaciones deseándonos paz y felicidad. Y estos deseos son muy buenos si se hacen realidad.
Cuenta en sus escritos La Madre Teresa de Calcuta esta anécdota que nos recuerda a todos que compartir no es algo que sólo debemos hacer en Navidad.
 “Una noche, un hombre vino a nuestra casa para decirme que una familia Hindú con ocho hijos llevaba varios días sin probar bocado. No tenían nada que comer.
Tomé una porción suficiente de arroz y me fui a su casa. Pude ver sus caras de hambre, a los niños con los ojos desencajados. Difícilmente hubiera podido imaginar visión más impresionante. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos mitades y se fue. Cuando en unos instantes después estuvo de regreso, le pregunté:
-¿A dónde ha ido? ¿Qué ha hecho?
Y me contestó:
- También ellos tienen hambre. “Ellos” eran la familia de al lado: una familia musulmana con el mismo número de hijos que alimentar y que también carecían por completo de comida.
Aquella madre estaba al tanto de la situación. Tuvo el coraje y el amor de compartir su escasa porción de arroz con otros. A pesar de las condiciones en que se encontraba, creo que se sintió muy feliz de compartir con los vecinos algo de lo que yo le había llevado.
Para no privarla de su felicidad, aquella noche no le llevé más arroz. Lo hice al día siguiente”.
¿Nosotros cómo vamos hacer realidad el mensaje de Jesús en estas Navidades?
  
LUCES Y SOMBRAS NAVIDEÑAS
Alguna gente comenta que la Navidad es una pura farsa; que casi nadie celebra nada y se convierte en la gran feria del consumo anual.

Para una gran mayoría no es más que un pretexto para tener unos días de descanso, visitar familiares, recuperar amigos olvidados, comer bastante mejor de lo ordinario, gastarse unos dineros extra, conseguir los regalos deseados, y pasarlo lo mejor posible. Después vendrá la cuesta de enero y pasada la resaca, todo volverá a la rutina de siempre como si nada hubiese sucedido.

Pero también es cierto que hay gente -quizás pocos- para quienes la Navidad es tiempo de evaluar si los valores que viven nos hacen más felices o más infelices. También hay quienes se plantean la Navidad como tiempo de sinceridad y de decir cosas sin engañarse uno mismo.
Para salir de la farsa, nada como pararse, y calar en lo genuino de estos días; puesto que:

* Navidad es actuar como Dios, que se hace el ser más débil e indefenso, para estar a la altura de los más desheredados de la tierra.

* Navidad es también hacer silencio, en medio del jolgorio, para escuchar la voz más profunda de nuestra conciencia.

* Navidad, por último puede ser una buena época para salirse de la ruta que lleva a los comercios y grandes almacenes, para buscar los caminos nuevos por los que Dios se acerca al hombre: el encuentro con la familia, vecinos, amigos, y toda persona marginada.

Sigue la verdadera estrella de la Navidad.

CARTA DE JESÚS

Como sabéis, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños. Todos los años se hace una fiesta en mi honor y creo que este año sucederá lo mismo.
Como tú sabes, hace muchos años comenzaron a festejar mi cumpleaños, al principio parecían comprender y agradecer lo que hice por ellos, pero hoy en día nadie sabe para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho pero no sabe de qué se trata.

Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mí cumpleaños hicieron una gran fiesta en mi honor. Habían cosas deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y habían muchos regalos, pero ¿sabes una cosa?... ni siquiera me invitaron, yo era el invitado de honor y no se acordaron de invitarme. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día... me dejaron afuera, me cerraron la puerta...

La verdad, no me sorprendió porque en los últimos años todos me cierran la puerta. Como no me invitaron, se me ocurrió estar sin hacer ruido, entré y me quedé en un rincón. Estaban todos brindando, había algunos contando cosas, riéndose, lo estaban pasando en grande. Dieron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse, yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara, y... ¿sabes? nadie me abrazó. De repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fue abriendo hasta terminar, me acerqué a ver si de casualidad había alguno para mí, pero no había nada. ¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada?

Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré.

Quisiera que esta navidad me permitas entrar a tu vida, que reconocieras que hace más de dos mil años vine a este mundo para dar mi vida por amor, por todos y para todos. Hoy, sólo quiero que tú creas esto con todo tu corazón.

Hasta pronto. Tu amigo, Jesús.

sábado, 13 de diciembre de 2014

ORACION DEL 10 DE DICIEMBRE







Esta segunda semana de Adviento escuchamos con fuerza el grito de Juan el Bautista que nos invita a convertirnos y a preparar nuestro corazón. ¿A qué tengo que convertirme? ¿Cómo quiero preparar mi corazón? ¿Cómo he recorrido el camino de este año que termina? ¿Cuáles son los “valles” que se tienen que rellenar, las colinas que se tienen que aplanar, las quebradas que se tienen que convertir en llanuras? ¿Cuáles son mis terrenos escarpados y mis planicies?

En el Adviento de 2014, como en todos, se hace necesario escuchar la voz y el mensaje del Bautista. Necesitamos ir al desierto para escuchar palabras auténticas por encima de los gritos de la vida cotidiana. Ya apenas creemos nada, porque las palabras que siguen aumentando los diccionarios parece que solo sirven para la poesía. Es preciso salir del torbellino de los reclamos publicitarios y del vértigo de las distracciones para encontrar momentos y espacios de sosiego que ayuden a valorar el sentido de nuestra existencia y el valor de nuestros afanes.
Hay que descubrir los desiertos actuales que propician el encuentro con Dios: desiertos de silencio para la escucha y la meditación; desiertos de soledad que reconfortan y animan a una vida mejor, desiertos de consuelo espiritual para superar las lamentaciones inútiles.

Para que no fracase nuestro Adviento hay que ir a los desiertos indispensables de la vida cristiana, que afinan nuestra esperanza, porque “el Señor no tarda” y debe encontrarnos “en paz con él, santos e inmaculados”.

Lectura del libro de Isaías (40,25-31):

«¿A quién podéis compararme, que me asemeje?», dice el Santo. Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército y a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno. Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: «Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa»? ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas corno las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.”

Evangelio según San Mateo 11,28-30.
Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera." 

Isaías nos presenta la situación del pueblo de Dios que está pasando por la dura y difícil prueba del destierro y está cansado porque se le hace larga la situación. Y le dice: “Alzad los ojos y mirad… El (el Señor) da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido…los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas…”
Y Jesús con cariño y confianza nos repite: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados…” Jesús vivió la experiencia de encontrarse con muchas personas cansadas y agobiadas por las dificultades de la vida: la enfermedad, la exclusión, la marginación, la incomprensión familiar; personas que no encontraban un sentido a su vida triste, desesperada… Pero Jesús pensó también en nosotros al pronunciar estas palabras, pues hoy se repiten los mismos problemas, dificultades y situaciones. Y si Él entonces alivió el cansancio y agobio de muchas personas con una palabra, un gesto, una mirada, una sonrisa que devolvía la paz y la esperanza, hoy el Señor quiere hacer lo mismo. ¿Cómo?

Hay una oración que dice: “Jesús, no tienes manos, tienes sólo mis manos; Jesús, no tienes pies, tienes sólo mis pies; Jesús, no tienes boca, tienes sólo mi boca; Jesús, no tienes corazón, tienes sólo mi corazón”. Tú y yo podemos ser hoy el Jesús de Galilea que “pasó haciendo el bien” y acercarnos junto a todo hombre y mujer que sufre y brindarles el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.

Qué milagro tan grande es la cercanía, la palabra amable, el gesto sincero, la sonrisa franca… ¿Quién no ha vivido experiencias así? Pero estas expresiones humanas no sólo reportan paz y esperanza a la persona que se la damos, sino a uno mismo “porque hay más alegría en dar que en recibir”. La Beata Madre Teresa decía: “Soñé y vi que la vida era alegría; me desperté y vi que la vida era servicio; serví y vi que el servicio era la alegría”.

En Adviento preparamos la Navidad, no olvidemos la Navidad de tantos “Jesús” que viven cansados, agobiados, marginados… y que están muy cerca de nosotros.

Hoy como ayer, Señor, no dejas de decir a los hombres: “El Reino de Dios está cerca de Vosotros, ¡convertíos y creed en la Buena Noticia”.
Convierte tú nuestra mirada para que sepamos discernir tu nueva e imprevisible presencia cada mañana, en nuestras casas y en nuestros lugares de trabajo, a la puerta de nuestro corazón y de nuestras ocupaciones, a la puerta de la vida diaria.

Muéstranos cómo basta con muy poco,
cómo apenas basta con nada,
para sentirte muy cercano.
Un encuentro, una sonrisa, una mirada,
un apretón de manos, un pájaro, una flor,
una nube, una puesta de sol, una palabra, un silencio,
una oración, la risa de un niño, una carta,
una llamada de teléfono, una comida en familia...
Basta con muy poco, basta con nada.
Conviértenos a la mirada de tu fe,
abre nuestros ojos para que vean
la claridad de tu presencia
en la sombra gris del día a día;
abre nuestros oídos para que oigan
el discreto aliento de tu paso
en el rumor de lo cotidiano.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

ORACIÓN DE LA MAÑANA MIÉRCOLES 3 DE DICIEMBRE

HISTORIA DE LAS CUATRO VELAS

Cuatro velas ardían en una corona de adviento.

El ambiente era tan silencioso que se pudo escuchar, como empezaron a hablarse.

La primera gimió y dijo: “Me llamo Paz. Mi luz ilumina, pero los hombres no guardan la paz“

Y su luz se hizo más y más débil, hasta apagarse totalmente…

La segunda flameó y dijo: “Me llamo Fe, pero estoy de sobra. Los hombres no quieren saber nada de Dios. No tiene sentido estar ardiendo más.”

Una brisa sopló por el cuarto, y la segunda vela se extinguió…

En voz baja y triste ahora la tercera vela dijo: “Yo soy el Amor. Ya no tengo fuerzas para iluminar. Los hombres me ponen a un lado. Están mirándose solo a sí mismos, y olvidan a los que deberían querer.”

Y con una última chispa se acabó también esa luz…

En ese instante entró un niño en el cuarto, miró las velas y dijo: ¡Pero ustedes deben dar luz, y no aumentar las tinieblas!“

Y casi se echó a llorar…
Entonces se escuchó también a la cuarta vela diciendo: “¡No tengas miedo! Mientras yo estoy ardiendo, podemos encender de nuevo a las demás candelas. Soy la Esperanza!”

Con una cerilla el niño tomó la luz de esta última vela y la pasó a las demás.

La llama de la Esperanza nunca debe apagarse en tu vida…

...y cada un@ de nosotros sepamos ser la herramienta que ese niño necesita para mantener la paz, la fe, el amor y la esperanza.

Te deseo un feliz Adviento lleno de... PAZ                                                                                            

 LA CORONA DE ADVIENTO

Este domingo hemos comenzado el Adviento y uno de los símbolos que utilizamos en este tiempo de Adviento, de preparación para la Navidad es la corona de Adviento. Se hace con unas ramitas verdes haciendo círculo y en el centro cuatro velas.
Este es su significado.

EL CÍRCULO. El círculo es una figura geométrica que no tiene principio ni fin. La corona de adviento tiene forma de círculo para recordarnos que Dios no tiene principio ni fin, es eterno. También nos ayuda a tomar conciencia de que de Dios venimos y a Él vamos a regresar.
EL VERDE DE LAS HOJAS. La corona se hace con hojas verdes (ramas de pino o de cualquier árbol) y esto representa que Cristo está vivo entre nosotros (el verde es vida),
LAS VELAS. Son 4 y representan cada uno de los domingos de Adviento. La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que buscamos desde siempre porque nos permite ver el mundo y nuestro interior. Cada domingo se enciende una vela. El hecho de ir encendiéndolas poco a poco nos recuerda cómo conforme se acerca la luz, la oscuridad se va disipando. Jesús es la luz del mundo.

ORACION DE ADVIENTO
:
Te busco y Tú te acercas, Señor, como un amigo
siempre presente, cuando se le pide luz para atravesar la noche.
Te buscamos cada día y te vemos, Señor,
donde se siembra la alegría,
donde se elimina la mentira, donde se suprime la injusticia.
Para encontrarte, Señor, ¡hay que estar en vela!
Tú estás a la perta y llamas.
Llamas al espíritu y al corazón.


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (15,29-37):

En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él. Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba. La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.»
Los discípulos le preguntaron: « ¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?»
Jesús les preguntó: «Cuántos panes tenéis ? »
Ellos contestaron: «Siete y unos pocos peces.»
Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.

REFLEXIÓN
Volvemos a leer el relato de la multiplicación de los panes. En este adviento, otra clave para vivir estos días: todo se desborda, nuestro Dios nos sobrepasa por arriba y por abajo, por un lado y por el otro. Nosotros ¿vivimos la generosidad o la tacañería?

 PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO

Las hormigas estaban preocupadas. Algo muy grande había invadido su territorio. Se reunieron una noche y decidieron ir a explorarlo. Se dividirían por grupos, pasarían todo el día investigando sobre el terreno y volverían a reunirse. Y así fue. Llegada ya la noche, las portavoces se levantaron. Las primeras lo tenían muy claro: Era algo con una gran explanada. Las segundas estaban en desacuerdo: Era un árbol grande, y se sentían agotadas de tanto subir y bajar por el tronco. La portavoz del tercer grupo, ya molesta, les dijo que estaban equivocadas, ya que era
una liana muy gruesa que se mecía de un lado a otro; se lo habían pasado muy bien, aunque aún seguían algo mareadas. Y las del cuarto grupo se levantaron muy enfadadas: ¡Era como una gruta oscura y profunda y habían sentido mucho miedo durante todo el día! Todas las hormigas estaban convencidas de que tenían la razón. ¡Estaban absolutamente convencidas! ¡Habían pasado todo el día explorando el lugar! ¡Y lo habían experimentado en su propio cuerpo!
Así que muy enfadadas, se fueron a dormir.
¿Quién tiene la razón? ¿Qué ha pasado? Todas han estado sobre un elefante, pero en partes distintas: En el lomo, en la pata, en la trompa, en la oreja. Cada grupo percibe y experimenta una parte de la realidad. Todas tienen una parte de razón y entre todas pueden reconstruir la realidad.

¿Cómo podrían comprenderse unas a otras?
Yendo al lugar en el que estaban las otras y así, “ver” su parte de verdad: poniéndose en su lugar.

El primer paso para la comprensión es la empatía.

¿Cómo puedo aprender a ponerme en el lugar de otros?

miércoles, 26 de noviembre de 2014

En esta mañana vamos a echar un vistazo a nuestro mundo y ver qué hace falta en él. Seguramente sacaremos una gran lista: le falta amor, sinceridad, honradez, cercanía, alegría, esperanza, caridad… Pero sobre todo a nuestro mundo le faltas tú. Sí, ¡tú! Porque nada de lo anterior se lograría si tú no dieras ese primer paso y pusieras en el mundo aquello que necesita para ser un mundo más humano, más cristiano, más de Dios.

Pocas palabras en nuestro diccionario tienen tanta fuerza como la palabra “Contigo”. Cuando alguien la pronuncia pone toda su confianza en la otra persona. Los grandes proyectos, las grandes empresas en la vida, los grandes caminos… comienzan con esa palabra. Sencilla, pequeña, humilde, pero que encierra todo un mundo de posibilidades.

Tenemos una oportunidad de acercarnos más a los otros y, sobre todo, a Dios, el que primero pronuncia la palabra que acompañará nuestros pasos cada día. Que Dios nos diga “Contigo”, supone que Él sigue confiando en nosotros, a pesar de nuestras muchas caídas y tropezones. Él quiere comenzar un nuevo camino con nosotros, que nace de la confianza y que va hacia el amor y la entrega. Que nosotros digamos a Dios “Contigo” abre para cada uno de nosotros un nuevo horizonte, lleno de esperanza.

Y tendremos oportunidad de decir, muchas veces, “contigo”. Y todos, profesores y personal, alumnos, familias, ancianos, gente de la Parroquia... cada vez que pronunciemos esta palabra, tendremos que tener presente, de fondo, la confianza, las ganas de caminar con los otros, y nuestro más profundo deseo de amar y entregarnos, como Dios hace. ¿Te atreves?

Cuando descubres que en tu corazón se encuentra la raíz de todo, que todo brota de él, y también del Corazón de Dios, no puedes no querer entregarte. Siempre queremos más en nuestra vida: más amor, más comprensión, más ilusión, más posibilidades, más opciones… y eso no deja de tener un cierto tono egoísta. No siempre querer más es bueno. Pero si en nuestro “querer más” introducimos un “darme”, las cosas cambian. Porque darse más implica no sólo desear más amor o posibilidades, sino también poner el corazón para que ese sentimiento sea compartido.

Darse más es sentir que el otro también necesita de ti y de tu vida. Darse más es compartir el futuro y el presente, reconocer en el otro una posibilidad de amar y entregarse. Darse más, en definitiva, es lo que hizo Dios por nosotros.

A lo largo de este día tendrás la oportunidad de ofrecerte: en clase, en tu casa o en tu vida diaria. Y en todas estas oportunidades se te va a pedir no sólo que "quieras", sino que "quieras darte más". Es el único modo de convertir tu egoísmo en disponibilidad, tu "yo" en un "nosotros".
Y si estás dispuesto, dilo: QUIERO DARME +

Lo que florece, ¿está ya en la semilla? ¿Se puede improvisar una flor, un atardecer o un alma generosa? ¿Hay algo en nosotros que no haya sido sembrado?

La raíz de todo está en el corazón. Y lo que no esté enraizado en él nunca brotará. Si quieres cambiar el mundo, revisa tu corazón, ¿dónde hunde sus raíces?

Un árbol es un buen ejemplo de vida. Crece firme porque está arraigado, bebe desde centro de la tierra a través de unas raíces que han costado años desarrollar. De su firmeza y su paciencia surge vida a su alrededor: pájaros que anidan, insectos que encuentran en él su hábitat, personas que buscan su sombra... ¿Eres tú así?

Descubrir la propia entrega y la de Dios...
Sólo compartiendo nuestra vida podemos llegar a encontrar y descubrir su verdadero sentido. ¿Te había parado a pensar que a medida que nos sentimos más llenos de los otros vamos vaciando más nuestra vida? Es como si fuéramos más personas, más nosotros, cuando abrimos nuestro corazón a los otros. Curioso, ¿verdad?

Pues este Adviento te proponemos compartir la vida. Pero hacerlo porque Dios ha compartido la nuestra. Por eso nuestra vida también es más: más cercana, más humana, más llena de Dios...

No podía no hacerlo. O mejor, sí quería no poder hacerlo (aunque parezca un trabalenguas). Y por eso se hizo niño, compartiendo nuestro suelo, pisando nuestros caminos, sintiendo como siente el hombre, amando como sólo la humanidad sabe amar... y enseñándonos a todo ello (caminar, sentir y amar) en su mejor expresión. Sí, Dios quiso darse más, y lo hizo experimentando nuestra vida, desde dentro. Él también dijo: Sí, "Quiero darme +".

Compartir la vida es +... ¿te vas a perder la oportunidad de vivir lo que Dios ha querido que vivas? No te cortes. Hazlo. Escúchale, contempla, navega en tu interior y descubrirás las razones de una entrega sin medida que, al final, movilizará tu vida.

Escucha, contempla, navega... ¡movilízate!

El Adviento nos invita a escuchar, a contemplar, a navegar y a movilizar nuestro día a día.
Escuchar a Dios, también a los otros (que son como las sucursales de Dios para nosotros), atender a su palabra. ¿Ves lo fácil que es descolgar un teléfono, coger una llamada? Pues Dios nos lo pone a huevo todos los días... pero no siempre estamos dispuestos... nuestra "línea" está caída, o sobrecargada.

Contemplar los signos que nos va dejando... como los Magos la estrella, para saber y aprender a verle hasta en las más pequeñas cosas y en los más pequeños gestos.
Navegar, como navega el marinero confiado en las estrellas... hacia el fondo... sabiendo que al final Él se encontrará con nosotros, que no siempre le encontramos.


Y movilizar. ¡Movilízate! Porque una vida parada no conduce a nada. Hace falta también lo concreto, el compromiso real.

Señor, a menudo no espero para nada o espero cosas.
Y me encuentro con el corazón vacío.
Despierta en mi el deseo de esperar a las personas.
De esperarte a ti.
Dame la capacidad de discernir la inquietud
Que siempre me coge:
Es tu voz la que me invita a desear lo nuevo.
Haz que sienta en el aire el perfume
De tu dulce presencia.
Tú, el verdadero amigo que nunca me abandona.
Tú, mi futuro soñado
Y que ya se ha convertido en realidad.
Porque tú le tienes cariño a mi existencia.
¡Ven, Señor, en mi día a día!


miércoles, 19 de noviembre de 2014


Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,14-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes."»

Palabra del Señor


Reflexión sobre la palabra

La parábola de los talentos nos habla de un hombre que dejó a sus empleados encargados de sus bienes y a cada cual le dio según su capacidad. Cada hombre tiene por tanto unas capacidades con las debe desenvolverse en la vida, poniéndolas siempre a trabajar. Poco importa la cantidad que recibió cada uno, sino el esfuerzo para aumentar esa cantidad. Es verdad que todos los hombres no tienen las mismas capacidades y sobre todo oportunidades, pero aquí no se nos quiere hablar de la desigualdad. Se habla de que todo hombre por el hecho de ser hombre, nace con un caudal de vida y cualidades que se deben desarrollar. Lo que nos dan los genes, la educación y el medio ambiente, es sólo un punto de partida para crecer. La vida y la fe son pues algo dinámico.
El tercer empleado recibió su talento y lo escondió bajo tierra, esperando pasivamente a su señor. Además trata de justificar su proceder: “Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. Tiene miedo al propietario, en realidad tiene miedo a vivir, por eso fue tratado de: “negligente y holgazán”. El miedo a asumir las propias responsabilidades, nos lleva a una forzosa resignación, a ocultar nuestras capacidades y no poner en común nuestros talentos. Nos lleva como diría Erich Fromm a tener: “miedo a la libertad” y este es un gran tema de hoy. El Reino y la vida es riesgo, no dejarse llevar por la rutina, la comodidad, la pereza o una  actitud conservadora que no quiere ningún tipo de problemas.
Los dos primeros no buscan su bienestar, no guardan para sí, no se encierran en sí mismos, no calculan, sin buscar méritos trabajan para que las capacidades que Dios les ha dado rindan para el Reino. Hasta tal punto es cierto todo esto, que el propietario, al recibir las ganancias de los dos empleados les dice que han: “sido fieles en lo poco”. Esto significa que han hecho lo normal, lo que podían y debían hacer, que aquello no fue un acto de heroísmo, arriesgaron para crecer como hombres que es simplemente lo que se debe hacer: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.
El evangelio de hoy nos obliga a revisar nuestra vida, la privada, la social y la cristiana. Es mucho lo que hemos recibido, pero nuestro cometido no es solamente recibir, es hacer crecer y fructificar lo recibido. Si el Reino es lo único esencial, eliminemos el miedo y la fijación en conductas anteriores para lanzarnos por los nuevos caminos que hoy corresponden al grado de madurez del hombre, la Iglesia y la sociedad moderna. No es cierto que todo lo antiguo sea malo, ni que hay que empezar de cero, Dios nos dio nuestras capacidades desde el momento en que nacimos, pero tampoco es cierto que todo lo antiguo o lo que ya tenemos es suficiente y hay que guardarlo. Es exigencia del Reino duplicar su valor, con coraje, con dedicación y con responsabilidad histórica, social y eclesial.
Dice el Papa Francisco en “La Alegría del Evangelio”: “Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del corazón como el más preciado de los elixires del demonio. Llamado a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y cansancio interior” (nº 83). Y muchos dicen: ¿para qué esforzarse tanto si no sirve para nada?, no se pueden cambiar las cosas, mejor quedarse como estamos, escondamos nuestras capacidades. Qué distinto, en este día que en algunos lugares celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, del esfuerzo de muchos hermanos nuestros: laicos, religiosos, sacerdotes, obispos… que han tomado con seriedad evangélica su responsabilidad de dar frutos para la construcción del Reino. Ya sabemos que en él, toda semilla pequeña debe llegar a ser un árbol gigantesco.

 Vivir intensamente el día a día

Nuestra tarea de estudiantes es un gran compromiso para ir realizando día a día. Ahora estamos preparando nuestro porvenir, nuestra tarea de formarnos, de­bemos cultivar atentamente los valores que cada día se nos propone: la dignidad de la persona, el ser y sentirnos parte de una familia, la honestidad, la fidelidad al propio deber, la capacidad de colaboración, la solidaridad... Vivamos con entusiasmo nuestra juventud, abiertos a Dios– Trinidad que nos alimenta con su Palabra y sus sa­cramentos.
Palabra de Dios (Lucas 13, 6-9)

Les contó esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viña; fue a buscar higos en ella, y no los encontró. Dijo al viñador: Hace ya tres años que vengo a buscar higos en ella y no los encuentro. Córtala. ¿Por qué va a ocupar un terre­no inútilmente? El viñador dijo: Señor, déjala tam­bién este año; yo cavaré alrededor y le echaré es­tiércol, a ver si da higos; si no los da, la cortas”
Reflexión
La parábola expresa la paciencia de Dios que sigue espe­rando nuestra conversión, nuestro cambio. Un año más seguirá cuidando de nosotros, amándonos... y esperando nuestra respuesta de cada día.

Para orar...
Señor,
somos conscientes de que,
vivir hoy en este mundo y en esta sociedad
exige estar despiertos,
vivir con intensidad el día a día,
ser uno mismo y tener criterios propios.
Ayúdanos, Señor:
a tomar conciencia de nuestra
responsabilidad de estudiantes.
Ayúdanos a tomar interés
en nuestra formación humana y cristiana.
Ayúdanos a trabajar sin desaliento
en la construcción de nuestra persona.
Fortalece, Señor, sobre todo,
nuestra voluntad.
Que a lo largo del curso que hemos empezado
nuestro esfuerzo y nuestra ilusión no decaigan
Gracias, Señor,
porque estamos seguros
de contar con tu ayuda de amigo.


SANTA ISABEL DE HUNGRIA

Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana, de tela burda y ordinaria, y dedicó el resto de su vida a atender a los pobrísimos enfermos del hospital que había fundado. Se propuso recorrer calles y campos pidiendo limosna para sus pobres. Vivía en una humilde choza, junto al hospital. Trabajaba sin descanso: cargaba lana, tejía y pescaba, con tal de obtener con qué compararles medicinas a sus enfermitos.
Un noble húngaro viajó a Turingia para conocer a Isabel, la hija de su rey, de cuyas penas había oído hablar. Al llegar al hospital fundado por la santa, encontró a Isabel sentada, hilando, vestida con su túnica burda. El hombre casi se fue de espaldas, se santiguó asombrado y exclamó: "¿Quién había visto hilar a la hija de un rey?" El noble intentó llevar a Isabel a Hungría en donde sería tratada con honor y reverencia, pero la santa se negó porque sus hijos, sus pobres y la tumba de su esposo estaban ahí, en Turingia.
Uno de los sacerdotes de ese tiempo escribió: "Afirmo delante de Dios que raramente he visto una mujer de una actividad tan intensa, unida a una vida de oración y de contemplación tan elevada". Religiosos franciscanos que la dirigían en su vida de total pobreza, afirmaron que varias veces, cuando ella regresaba de sus horas de oración, la vieron rodeada de resplandores y que sus ojos brillaban como luces muy resplandecientes.
El mismo día de la muerte de la santa, a un religioso se le destrozó un brazo en un accidente y estaba en cama sufriendo terribles dolores. De pronto vio aparecer a Isabel en su habitación, vestida con trajes hermosísimos. Él dijo: "Señora, usted que siempre ha vestido trajes tan pobres, ¿por qué ahora tan hermosamente vestida?". Y ella sonriente le dijo: "Es que voy para la gloria. Acabo de morir para la tierra. Estire su brazo que ya ha quedado curado". El paciente estiró el brazo que tenía totalmente destrozado y la curación fue completa e instantánea. Fueron tantos y tan grandes los milagros que Dios concedió por medio de Isabel, que movieron al Sumo Pontífice a declararla santa, cuando apenas habían pasado cuatro años de su muerte.

ORACIÓN

"Oh Dios misericordioso, alumbra los corazones de tus fieles; y por las súplicas gloriosas de Santa Isabel, haz que despreciemos las prosperidades mundanales, y gocemos siempre de la celestial consolación. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

El pasado Sábado muchos de nosotros estuvimos participando un año más en la Vigilia de la Almudena, bajo el lema “Enséñanos a querer a tu hijo”, en esta ocasión un joven empezaba con las siguientes palabras del Papa Francisco:

“Queridos jóvenes, en este tiempo el Señor cuenta con vosotros. Si, cuenta con vosotros. El entró en vuestro corazón el día de vuestro bautismo; os dio su Espíritu el día de vuestra confirmación; y os fortalece constantemente mediante su presencia en la Eucaristía, de modo que podáis ser sus testigos en el mundo ¿Estáis dispuestos a decir sí? ¿Estáis listos?
Sabemos que el Señor nos llama a ser evangelizadores, a llevar la Buena Noticia a los lugares donde nos movemos, pero también somos conscientes de nuestra debilidad, de nuestros miedos, del camino que nos queda por recorrer, de las preguntas que nos quedan por responder.
¿Qué hacer?- decía también el Papa- Si ir por el camino de la vida consagrada, la vida religiosa o estudiar para estar mejor preparados para ayudar a los otros.
Esta es la oración que un joven debería hacer: Señor ¿Qué quieres de mi?
Se trata de un conflicto aparente porque, cuando el Señor llama, llama siempre a hacer el bien a los demás, ya sea en la vida religiosa, en la vida consagrada, o sea en la vida laical, como padre y madre de familia. La finalidad es la misma: adorar a Dios y hacer el bien a los otros. ¿Cuántos de vosotros os hacéis esta misma pregunta? También yo me la hice en su momento ¿Qué camino he de elegir? ¡Tú no tienes que elegir ningún camino! Lo tiene que elegir el Señor, Jesús lo ha elegido. Tú tienes que escucharle a Él y preguntarle: Señor, ¿qué tengo que hacer?”

Posiblemente el Señor nos podría responder algo parecido a esto:
Hijo mío
que estás en la Tierra,
preocupado, solitario, desorientado.
Yo conozco perfectamente tu nombre, y lo
pronuncio santificándolo porque te amo.
No. No estás solo, sino habitado por mí,
y juntos construiremos este Reino,
del que tu vas a ser heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad, porque
mi voluntad es que tú seas feliz.

Cuenta siempre conmigo y tendrás el pan
para hoy. No te preocupes.
Sólo te pido que sepas compartirlo con
tus hermanos.
Sabes que te perdono de todas tus
ofensas, antes incluso que las cometas,
porque te pido que hagas
lo mismo con los que a ti te ofenden.
Para que nunca caigas en la tentación
tómate fuerte de mi mano
y yo te libraré del mal.

Te quiere desde siempre
Tu Padre

El Señor ha puesto su mirada sobre nosotros;
ha puesto su confianza y su esperanza.
El Señor Dios ha hablado y cuenta con nosotros.

Jesús,
cuenta con nosotros
para devolver la luz donde hay oscuridad.
Cuenta con nosotros
para construir entre todos
la civilización del amor
allí donde hay egoísmo, tristeza y angustia.

Cuenta con nosotros
para luchar por la paz en medio de un mundo
donde muchas veces la solución
se encuentra recurriendo al uso de la fuerza.

Jesús, cuenta con nosotros.
Cuenta con nosotros
 para que su Palabra llegue al último rincón de la tierra.
Cuenta con nosotros
para sembrar la semilla de su evangelio;
semilla que produce frutos de fraternidad y amor.

Jesús ha puesto su mirada en nosotros
y nos dice que seamos sal de la tierra.
Sal para dar sentido a la vida;
para hacer ver que merece la pena
ser vivida desde el proyecto de Jesús.

Sal, porque al igual que sin ella
la comida no es agradable, sin Jesús,
sin su presencia viva entre nosotros,
nuestra vida se vuelve insípida.

Nosotros queremos ser sal de la tierra y luz del mundo,
porque el cristiano no ha perdido su vigencia;
porque nunca como hoy su papel es tan importante;
porque siempre tendrá algo que decir.
Nosotros queremos ser sal que dé sentido y felicidad al mundo.

Cuenta con nosotros, Señor.
Queremos ser luz que ilumine
y muestre el verdadero rostro de Dios, el Dios Amor.
Cuenta con nosotros, Señor. Amén.




Señor:
Tú llegas a nuestro mundo
y nos invitas a abrir la puerta
de nuestro corazón
a todos los hombres.

Tú ya nos dijiste
que eres Tú quien viene
cuando alguien llama
a nuestra puerta.

Tu palabra es ésta:
“He aquí que estoy a la puerta y llamo.
Si alguno oye mi voz
y abre la puerta,
Yo entrará y cenaré con él
y él conmigo”.

Señor:
que sepamos escuchar tu voz,
esa voz que nos llega
por nuestros hermanos.
Que abramos la puerta
para acogerte a Ti,
y en Ti a todos los hombres.





jueves, 6 de noviembre de 2014

Mirar de nuevo nos Ayuda a:

1.- S ALIR de Nosotros MISMOS Y Mirar Lo Que nos Rodea.

2.- Descubrir las Buenas Cosas Que Hay un our deAlrededor: Las Personas Que Nos Quieren, Los Gestos
de cariño, la que cuidar Naturaleza Que Hay ...

3.-  Reconocer la ONU Las Personas Que Lo Pasan necesitan Numeros Y Regulares: Los Compañeros solos Que ESTAN MAS, Los que se pierden en Clase, Los Que No Tienen Tantas Cosas Como Yo ...

4.- S er Más conscientes de las injusticias de Nuestro Mundo Parr Que No pasemos de largo CUANDO traten mal a Alguien, Cuando No SE DIGA La Verdad, CUANDO SE es egoísta ...

5.- OBSERVAR Nuestra Vida y reconocer Qué cosas Pasan Por Nuestro corazón, Cuando Si nos encoge o CUANDO SE nos agranda: Con Los enfados, El Cariño, La Violencia, La Alegría ...

6.- Reconocer En que me voy Cosas Contagiando Cada Vez Mas de Jesús y En que me tendria todavía Que Parecer Más a EL, Y ASI comprensivo Ser Más, Más amable, amigo Más, Más Paciente; Definitiva es ..., ¡Más Feliz!

                                                   Buenos días, señor

Palabra de Dios (Mc. 4, 26-29)

También les DIJO:. "El Reino de Dios es Como un hombre Que echa Una semilla En la tierra Lo Mismo SI ESTA dormido Como Si Esta Despierto, si es de noche del Como Si es de DIA, La Semilla Pecado El Que SEPA COMO, Germina y CRECE La tierra Por Si Misma da el Fruto:. Primero la hierba, LUEGO La Espiga, después el grano gordo en La Espiga Y CUANDO EL ESTA Fruto maduro, el hombre echa la hoz Porque es El Tiempo de la cosecha "..
Reflexión

Cada Dia Que amanece es Una Oportunidad que Dios te da Parr Empezar de nuevo. La vida, tu vida, Es Como ESA Semilla Que Va Creciendo De Que El Pecado del lo percibas apenas. Aprovecha Este Día de Como Si Fuera El Unico qué vas a Vivir: mira La Vida Con Ojos Nuevos, ve el Lado bueno de las Cosas, Disfruta de la amistad, de la Compañía de Aquellos a Quienes amas y Se Feliz. Al final del Día, pon Todo en Manos de Dios Con La Confianza Que da el sable Que Te ama inmensamente, Asi Como Eres.

ORACIÓN
Buenos días
Señor: Me cuesta Comenzar El Día,
Porque se que es Una Nueva Tarea,
Compromiso Nuevo de la ONU, Esfuerzo nuevo ONU.
Ayúdame a comenzarlo Con Entusiasmo, 
Con Alegria, aire ilusión nueva.
Se Que Estás A mi lado:
En Mi Familia
en mis amigos,
en Las Cosas, En Mi Propia Personaje.
Gracias por sembrar paz, solidaridad,
amor, del, del, mal Entre Hermanos.
Y de la Sé, Señor, Que esta Tarea
la comienzan Cada Mañana
MUCHOS Hermanos Míos
de Cualquier del del punto de la tierra;
y ESO me Alienta y empuja.
También Te Pido Por Ellos,
y Con Ellos te digo: ¡Buenos días, señor!

 El Día de Todos los Santos

In Estás Fechas cercanas a noviembre las Televisiones Hacen Reportajes Sobre las Diferentes Tradiciones Que Hay En torno a El del los difuntos.

Lo típico, Llevar flores a Los cementerios, Crisantemos ONU Posible Ser. Limpiar y decorar los panteones de la familia. Normalmente la Noticia en Termina diciendo La CANTIDAD de Dinero Que Se Gasta baño Flores Y La CANTIDAD de Gente Que Estós Días ACUDE A Los cementerios.
En Realidad Quizas olvidemos Los motivos de Estós Ritos y Símbolos Qué es la Tradición ha Conservado.

Los Cristianos Tiempo Inmemorial recuerdan El Día 1 de noviembre Una TODAS Las Personas Que Durante Su Vida Han Sido EJEMPLO ONU, ONU Testimonio Para los demás.

Personas Que Han Llegado inclusó A Perder Su Vida Por Ser Fieles ONU Do fe. Un Estós Sí les llama mártires.

Personas, ALGUNAS de las Cuales Han Sido Tan Profundamente Humanas Y generosas Que Son Para Todos ONU Modelo de Vida. Un Estós Sí les llama santos Cuyos Nombres recordamos Cada Día del Año.

Personas TAMBIEN Y El Pecado Que Extraordinario nada HACER, embargo de Pecado, de Han Pasado por la vida Haciendo el Bien, Como lo Hizo también Jesús. Estós hijo de Todos los Santos.

Por Eso Siguiendo La Tradición, El primer día de noviembre la Humanidad ENTERA SE Alegra y Celebraciones Una Fiesta Porque ha habido Tantas y Tantas Personas Que Han Hecho Realidad Los sueños de Dios de Justo Más Mundo de las Naciones Unidas, Más Fraterno y Más Humano. Y al Mismo Tiempo PIDE en Oración Que SIGA habiendo Entre nosotros gente de este Especiales Especiales Categoría.

San Ignacio pensaba Que santo Ser Fácil muy Época. De Hecho No Hace Falta Tener MUCHOS Títulos o mucho dinero a un Parr Hacer bien las Naciones Unidas Los demas. Inclusó decia Que la santidad consistia en .... Estar Siempre alegres. ¿Te animas Ser santo de la ONU?

ONU AMIGO

            Buenos días. Despues De Este puente nos encontramos De nuevo aquí. ONU Mes de Estreno Parr Seguir formándonos Como Personajes SEMANA Y UNA. Vamos a empezar De Una Manera amable Hablando de la amistad.

            Un amigo es una persona Que Te acompana. Ya no estás bronceado en solitario. Los amigos preocupan Sí Por Que él AQUI Uno de Cada NECESITA. El Que Exige TODO de la Amistad cae en los celos y El aislamiento. Un amigo te Auténtico Ayuda A lo Realizar Que SIGNIFICA tu Propia Vida. Los Amigos de verdad No Se abandonan, ni baño Buenos días, ni en Días malos. Siguen de Cerca El Uno del Otro, en Días de Alegría y en Días de Sufrimiento, en OCASIONES de Fuerza y ​​en OCASIONES de Debilidad.

            PUEDES soportar y aguantar TODO SI Tienes un Amigo A Tu Lado. Una mano Pesar De Que SÓLO Pueda decirte Una palabra o coger tu. Un amigo en tu vida es el consuelo Más fuerte en Cualquier del del Apuro. Un amigo it Verdadera Bondad Humana de las Naciones Unidas Través de la Cual Sientes Una Señal de la Divina Bondad. No te dejes desanimar. Llega Una buena persona Una Ser, Donde estés. Entonces, el Trozo de mundo Donde vives Llegará ONU Trozo de la ONU Ser Mejor.
           
Tomado de la Palabra de Dios

"amigos Nadie alcalde Tiene Amor Que El Que Da La Vida Por SUS".
           
Gracias, Señor ...
Gracias, Señor, Por Tu Amistad.
Gracias, Señor, Por El Amor de amigo ofreces Que Nos. 
Gracias, Señor, Porque Eres del de siempre fiel.
Quiero ser Capaz de entendre amistad ma;
del quiero del entendre Por Qué Fuiste Capaz de hacerte hombre 
Para Ser amigo del hombre; 
entendre del quiero de tu paciencia en Esperar
Un Nuevo Sí de Cada hombre.
Quiero vivir las exigencias de la Amistad:
COMPRENDER ... Que los los antes comprendido Ser; 
Deseo de Ayudar ... Antes Que Ser ayudado;
Deseo de SERVIR ... Que los los antes Servido Ser;
Deseo de Dar ... Que el los los antes recibir. 
En El Momento de la Dificultad,
no permitas Que Me Aleje de ti.
En mis horas de Debilidad, Se Tu amigo Más. 
En Los momentos de desaliento, llámame.
Cuenta, Señor, Con Mis brazos 
dispuestos Parr Construir Una ciudad eterna

Amén.