miércoles, 19 de febrero de 2014


ORACIÓN DE LA MAÑANA 19 FEBRERO 2014

Lectura de la carta del apóstol Santiago (1,19-27):
Tened esto presente, mis queridos hermanos: sed todos prontos para escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira. Porque la ira del hombre no produce la justicia que Dios quiere. Por lo tanto, eliminad toda suciedad y esa maldad que os sobra y aceptad dócilmente la Palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos, pues quien escucha la Palabra y no la pone en práctica, se parece a aquel que se miraba la cara en el espejo, y apenas se miraba, daba media vuelta y se olvidaba de cómo era. Pero el que se concentra en la ley perfecta, la de la libertad, y es constante, no para oír y olvidarse, sino para ponerla por obra, éste encontrará la felicidad en practicarla. Hay quien se cree religioso y no tiene a raya su lengua; pero se engaña, su religión no tiene contenido. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

SALMO
R/. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. 

R/. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. 

R/. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?

El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos (8,22-26):

En aquel tiempo, Jesús y los discípulos llegaron a Betsaida. Le trajeron un ciego pidiéndole que lo tocase. Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: «¿Ves algo?»
Empezó a distinguir y dijo: «Veo hombres, me parecen árboles, pero andan.»
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró; estaba curado, y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole: «No se lo digas a nadie en el pueblo.»

REFLEXIÓN
Vivimos tiempos de malas noticias. Basta con mirar el telediario, o leer la prensa, para saber que en el mundo no hay muchos motivos para la alegría. Entre guerras y catástrofes, hambrunas y guerrillas, se acaba el noticiario y no hay más que penas, dolores, muertes y problemas.

En Betsaida hubo una buena noticia. Para ese ciego, el encuentro con Jesús le hizo olvidar todo lo malo vivido, y le dio un nuevo impulso vital. Y, lo que es muy importante, Jesús le envía a su casa, para que allí, en su entorno cotidiano, entre los suyos, dé testimonio de lo que Dios ha hecho con él.

Nosotros muchas veces nos dejamos llevar del ambiente, y nos convertimos en propagadores de malas noticias. A lo mejor no provocamos guerras entre países, pero sí guerras domésticas. No somos terroristas suicidas, pero somos terroristas de la palabra, que sabemos herir cuando queremos. A lo mejor, no tenemos esperanza, en un mundo que, sobre todo, necesita esperanza. Tú, ¿cómo nos comportamos en casa, en el trabajo, en el colegio o en la universidad? ¿Somos trasmisores de buenas o de malas noticias? ¿Somos testigos de esperanza o de desesperanza?

Este ciego puede que quisiera seguir a Jesús, pero el Maestro le envía a su casa. No es preciso hacer grandes viajes, ni lanzarse a aventuras extrañas, para ser testigo de Jesús. Miremos el mundo con otros ojos. A la luz del Evangelio, a lo mejor descubrimos que no todo es tan malo como lo pintan. A lo mejor, como el ciego de Betsaida, vemos la luz, y podemos ser misioneros, apóstoles, discípulos, profetas en tu tierra, en tu casa, en tu comunidad, en tu centro de trabajo o de estudio. Por lo menos, lo podemos intentar.

¿OJO POR OJO O PERDONAR?
Jesús nos trae hoy una Buena Noticia. Quizá creamos que sabemos mucho sobre él, que hemos oído muchas veces hechos de su vida, pero su palabra puede sonar de forma distinta cada día y nos puede dar luz en nuestros problemas.

En ocasiones, nos enfadamos con los demás o incluso podemos llegar a insultar a aquél que no nos cae bien. Ante esto Jesús nos dice unas palabras:
Habéis oído que se dijo a los antiguos: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Pero yo os digo: No resistáis a quien os haga algún daño. Al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra.  Al que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda a quien te pida prestado.

“También habéis oído que antes se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, pues él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa tendréis? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario?

Jesús nos ha dejado este mensaje, para que lo tengamos en cuenta en nuestra relación con los demás. Su consejo para que seamos felices es que no peguemos, que la violencia no lleva a ningún sitio. Dar y ayudar a todo el que nos pide algo, aunque no nos caiga bien o no le conozcamos. En definitiva, saludar, querer, compartir con todos, pero empezando con los que tenemos al lado: con nuestros compañeros de clase. Que Dios nos ayude a decir SÍ siempre que alguien nos necesite.

por favor, calla

Al hablar de alguien...

Si tus palabras no son mejores
que tu silencio... ¡Mejor callar!
Si lo que vas a decir
puede doler a alguien...
     ¡Déjalo...! ¡Mejor callar!
Si lo que vas a decir
son rumores,
y no estás seguro de que
sean ciertos...
     ¡Olvídalo! ¡Mejor callar!
Si vas a hacer un juicio
temerario sin tener suficientes
datos para juzgar...
     ¡Mejor es que te calles!
Calumnias, mentiras, chismes...
     ¡No debieran salir de nuestra boca!

A todos nos toca el crear un buen clima entre nosotros.
Todos sufrimos con los chismes. No les sigas la conversación a los que critican y chismorrean de otros. Allá ellos.

Recuerda que todo lo que va... regresa.
Tal como juzgues serás juzgado,
y como trates serás tratado.
¡Pura experiencia de la vida!

“EDUCAR” de Gabriel Celaya

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca
hay que medir, pesar, equilibrar...
... y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino, un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño,
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia pueblos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

“El valor de educar” Fernando Savater


           
"...en cuanto educadores no nos queda más remedio que ser optimistas, ¡ay! Y es que la enseñanza presupone el optimismo tal como la natación exige un medio líquido para ejercitarse. Quien no quiera mojarse, debe abandonar la natación; quien sienta repugnancia ante el optimismo, que deje la enseñanza y que no pretenda en pensar en qué consiste la educación. Porque educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que le anima, en que hay cosas que pueden ser sabidas y merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento. De todas estas creencias optimistas puede uno muy bien descreer en privado, pero en cuanto intenta educar o entender en qué consiste la educación no queda más remedio que aceptarlas. Con verdadero pesimismo puede escribirse contra la educación, pero el optimismo es imprescindible para estudiarla... y para ejercerla. Los pesimistas pueden ser buenos domadores pero no buenos maestros."


Durante esta semana estamos llevando a cabo la Campaña de Manos Unidas bajo el lema “Un mundo nuevo, proyecto común”, centrada en el octavo Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) propuesto por Naciones Unidas. En él se hace hincapié en la necesidad de fomentar una alianza mundial por el desarrollo. Esta alianza es imprescindible si se quiere avanzar en la lucha contra la pobreza, y necesita de la implicación de los países desarrollados y de los que están en desarrollo. Por eso, tanto la propuesta de Manos Unidas en favor de un proyecto común por un mundo nuevo, como la iniciativa de la comunidad internacional sobre los Objetivos del Milenio, coinciden en la necesidad de establecer relaciones que reconozcan la fraternidad universal entre todos los pueblos del planeta, como condición necesaria para un desarrollo verdaderamente humano.

El Señor nos invita a reflexionar y a rezar sobre esta realidad que a todos nos afecta: el hambre en el mundo y sus consecuencias. Si muchos hermanos nuestros pasan hambre y tienen necesidad, hoy, es porque otros estamos saciados y hartos de todo. Y para combatir el hambre hay que compartir lo que tenemos, empezando por los talentos y los recursos. Pidamos a Dios en esta oración que seamos capaces de compartir todo cuanto él nos ha regalado, con los demás.

Te pedimos perdón, Señor, por nuestro egoísmo que nos encierra en nuestro pequeño mundo de caprichos y no nos permite ver las necesidades de los demás hombres y mujeres del mundo.

Te pedimos perdón por nuestras faltas de generosidad para dar a los demás aquello que es suyo.

Te pedimos perdón por no aprovechar los talentos que nos has regalado.

El Reino de los cielos es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus empleados y les encomendó sus bienes: A uno dio cinco talentos, a otros dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se marchó. 

El que había recibido cinco intentó ir a la escuela para aprender mucho y hacer producir sus talentos. Pero tuvo que dejarla apenas empezada y ponerse a trabajar diez horas diarias para ganar los sesenta céntimos de euros al día que le permitían ayudar a sobrevivir a su familia y perdió la posibilidad de desarrolar sus cinco talentos.

La que había recibido dos quiso ir a la escuela para aprender mucho y hacer producir sus talentos, pero tuvo que emplear tres horas diarias para ir a buscar agua potable para su familia a una fuente muy lejana del poblado y después cuidar de sus hermanitos más pequeños, mientras su madre marchaba a trabajar y no pudo nunca aprender a leer y a escribir y así perdió la posibilidad de desarrollar sus dos talentos.

El que había recibido un talento ni siquiera pudo desear ir a la escuela, porque lo mató el hambre y la desnutrición, en apenas dos días, a causa de una simple diarrea, justo cuando iba a cumplir cinco años.

Al cabo de mucho tiempo, volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar cuentas con ellos.

Se acercó el que había recibido cinco talentos, y dijo: Señor, me entregaste cinco talentos, pero tuve que trabajar desde muy niño y no puede aprender lo necesario para hacerlos producir”.

Se acercó el que había recibido dos talentos y dijo:”Señor, me entregaste dos talentos, pero tuve que ir a buscar agua a diario y cuidar a mis hermanos y no pude aprender lo necesario para hacerlos producir”.

Se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, me entregaste un talento, pero el hambre y la miseria segaron mi vida antes de tener edad para hacerlo producir”

Entonces su Señor les dirá a los tres:
“Venid benditos de mi Padre, pasad al banquete de vuestro Señor, donde disfrutaréis de los talentos que vuestros hermanos os han impedido desarrollar en vida”.

Y a los que impidieron que esos hermanos suyos pudieran desarrollar una vida plenamente humana les dirá: “Empleados malos y ladrones, que habéis robado a vuestros hermanos y al mundo los talentos que yo les entregué. Lo que hicisteis con ellos me lo habéis hecho a mí.
Quitadles lo que no es suyo y dádselo a sus dueños, que recibirán, multiplicado, todo lo que éstos les robaron”.

Por  todo esto, te pedimos Señor el talento de la solidaridad, nosotros solos no podemos casi nada, pero que juntos podemos mover la montaña del analfabetismo. Negociar la solidaridad es apuntarse a participar e incluso a organizar todas las actividades solidarias que se realicen en mi parroquia, en mi colegio, en mi barrio, en mi pueblo, en mi ciudad. Se trata de estar ahí, de aportar nuestro grano de arena, de llevare una piedra del montón.  Manos Unidas por medio de las parroquias, colegios y asociaciones organiza múltiples actividades solidarias a las que te pueden apuntar. No faltes, porque si faltas tú, se debilita la solidaridad universal.

También necesitamos Señor el talento de compartir, además de participar en actividades, podemos y debemos compartir lo nuestro. La mayor parte de nosotros tenemos mucho más de lo que necesitamos. Tenemos para nuestros caprichos más de lo que tienen los pobres para vivir. Compartir significa privarse de algo que nos gusta, para dárselo a quienes lo necesitan de verdad. La medida de nuestra generosidad y de nuestro compartir está en ser capaces de privarnos de algo para darlo a los demás; porque dar de lo que sobra, de lo que ya no sirve, de lo que pedimos a nuestros padres, no es negociar de verdad nuestro propio talento del compartir. Seamos generosos al compartir.

También te pedimos que nos des el talento de la oración, es un talento que agrada especialmente a Dios, Orar por nuestro hermanos al tiempo que les ayudamos, orar por los voluntarios de Manos Unidas que trabajan por los más pobres, orar por los misioneros que comparten lo más valioso, sus propias vidas, con los más pobres, es aportar las vitaminas de la gracia de Dios al proyecto de dar la mejor educación posible a todos los hombres y mujeres de la tierra.

Por  todos estos pensamientos invocamos a Dios con el siguiente PADRE NUESTRO 

PADRE, que miras por igual a todos tus hijos a quienes ves enfrentados.

NUESTRO, de todos, de los 5000 millones de personas que poblamos la tierra, sea cual sea nuestra edad, color…

QUE ESTÁS EN EL CIELO y en la tierra, en cada hombre, en los humildes y en los que sufren.

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, pero no con el estruendo de las armas, sino con el susurro del corazón.

VENGA A NOSOTROS TU REINO, el de la paz, el del amor.

HAGASE TU VOLUNTAD, siempre, en todas partes. Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder

DANOS EL PAN DE CADA DIA que está amasado con paz, justicia y amor.

DÁNOSLE HOY porque mañana puede ser tarde; los misiles están apuntando y quizás algún loco quisiera disparar.

PERDÓNANOS, no como nosotros perdonamos, sino como Tú perdonas, sin lugar al odio y al rencor

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN de almacenar lo que nos diste, de acumular lo que otros necesitan, de mirar con recelo al de enfrente.

LÍBRANOS DEL MAL que nos amenaza, de las metralletas, de los misiles, de los millones de toneladas de armas, porque somos muchos, Padre, los que queremos VIVIR EN PAZ. AMEN



domingo, 9 de febrero de 2014


María presenta a Jesús en el Templo
 Este día nos recuerda lo importante que es presentarnos, ofrecernos a Dios.

 Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz ,como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos :luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecidlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.

Reflexión
La presentación de Jesucristo toca el timbre de nuestra conciencia al recordarnos lo importante que es presentarnos, ofrecernos a Dios. Este presentarse adquiere diversos matices: primero, la donación que hacemos de nosotros mismos a Dios al escucharle, al dejar que cada día vaya plasmando su obra en nuestra vida. Cada alma en particular fue creada con un fin, con una misión concreta dentro del plan providente de Dios, y Dios quiere hablar y manifestarse en el mundo, pero necesita voluntarios. Significa además la entrega que hacemos a todos los que vamos encontrando en nuestro camino. ¡Cuánto puede ayudar una sonrisa! Basta un gesto, una actitud. Por último, dicha presentación asegura, firma un pacto, cuyo cumplimiento tendrá lugar en el momento de nuestro abrazo definitivo con Dios, cuando cansados de nuestro peregrinar por esta tierra, le podamos decir a Dios: ¡Valió la pena apostar por ti!

No son las grandes predicaciones, no son las grandes obras de apostolado ni los proyectos de gran envergadura los que suscitan la verdadera admiración de los hombres. El asombro viene cuando detrás de todo aquello está un hombre que vive de Dios, un hombre que aprendió a presentarse a Dios y a los demás. María Santísima es experta en llevar nuestras obras a buen puerto. Basta una decisión libre y un entusiasmo por lo que tenemos que hacer.

Oración
Prepara, Señor, mi corazón para que con una disposición de apertura y docilidad te deje entrar hasta lo más íntimo de mi alma pues sé con certeza que quien se pone en tus manos está en camino de la verdadera felicidad.

Petición
Que me acepte, Señor, como soy para que, reconociendo tu mano en mi creación, pueda prepararme con entusiasmo cuando me presente ante ti al final de la batalla. 

Meditación del Papa Francisco
Todo es alegría. Pero nosotros cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de alegría, de gozo. Creo que muchas veces nos gustan más los lamentos. 
¿Qué es la alegría? La clave para comprender esta alegría es lo que dice el Evangelio: "Isabel fue colmada de Espíritu Santo". Es el Espíritu Santo quien nos da la alegría. Pensemos en ese momento en el que la Virgen y san José llevaron a Jesús al templo para cumplir la Ley. Estaban también allí dos ancianos; pero el Evangelio no dice que estos fueron allí para cumplir la Ley, sino más bien impulsados por la fuerza del Espíritu Santo. El Espíritu les condujo al templo. De modo que, ante Jesús, hacen una oración de alabanza: éste es el Mesías, ¡bendito sea al Señor! Y hacen también una liturgia espontánea de alegría. Es la fidelidad madurada durante tantos años de espera del Espíritu Santo lo que hace que este Espíritu venga y les dé la alegría.
 (S.S. Francisco, 31 de mayo de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta).

Diálogo con Cristo
Qué paz me da, Señor el ejemplo de tu Madre al ofrecerte a Dios, como el acto de cualquier madre que ofrece a Dios el fruto de su amor.
Señor que el día cuando me presente a Ti, pueda a mi vez presentarte otras muchas almas, ganadas para ti con horas de oración y sacrificio. Hazme comprender que cada acto de donación es una invitación a los hombres a creer en Ti.

"El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio"(Madre Teresa de Calcuta)
  
Oración a María
En tus manos de Madre dejo mis propósitos, para que los conviertas en realidades.

Vengo de estar con María.
Sencilla y cordialmente le he dicho:
En tus manos de Madre dejo mis propósitos,
para que los conviertas en realidades.
Dame el amor a Jesús,
la alegría de vivir,
el deseo de ayudar a mis hermanos.
Quítame la seriedad de esa cara ceñuda,
y alégrame con la paz y confianza en Dios.
También pongo en tus manos mi trabajo,
mi vida y mi muerte.
Vivir contigo es dulcísimo consuelo,
morir en tus brazos la más dulce muerte.
Quiero vivir junto a ti.
Quiero morir en tus brazos.

Evangelio para la liturgia del miércoles 5 de febrero 2014

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,1-6):
En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?»
Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa.»
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.