miércoles, 27 de enero de 2016


El próximo viernescelebramos un año más el DENIP, su mensaje básico dice “Amor universal, No-violencia y Paz. El amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra. Por eso, también desde esta oración nos unimos a los principios inspiradores del DENIP. Nuestra fe en el Dios de la Paz, de la Misericordia y del perdón, nos convoca cada día a ser constructores de la Paz, de esa Paz que sólo Dios sabe dar.

Que el Dios de la paz nos dé un corazón de paz, una actitud de escucha y un empeño deci­dido por la construcción de la justicia y el acer­camiento fraternal de los pueblos. Entre todos los pueblos, paz para todos. «Dichosos los que promueven la paz, porque serán llamados hi­jos de Dios».
“Había una vez, un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas intentaron, y el rey observó y admiró todas las pinturas que le presentaron pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas placidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos aquellos que miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacifico.

Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido…
Paz perfecta… ¿Cual crees que fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda. ¿Sabes por qué?
“Porque,” explicaba el Rey, “Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor.
Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz.”

Ø Escuchamos el proyecto de Dios
DIOS TIENE PARA NOSOTROS UN PROYECTO DE PAZ
Lector 1 «De las espadas forjarán arados; de las lanzas podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Caminemos a la luz del Señor» (Is 2,4).
Lector 2 «Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará junto al cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni es­trago por todo mi monte santo» (Is 11,6-9a).
Lector 3 «Librará al pobre que pide auxilio, al afligido que no tiene protector; él se apia­dará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres» (Sal 72,12-13).
Lector 4 «¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz. Que trae buenas nuevas, que anuncia la salvación!» (Is 52,7).
Pero el proyecto de Dios ha sido frustrado: las armas son armas tan sólo, el corazón de los dirigentes sigue ata­reado en declaraciones de guerra, las relaciones de los pueblos están hechas de intolerancia y descalificación y los pobres de la tierra vagabundean en busca de asilo y dignidad.
Escuchamos los testimonios de constructores de paz, portavoces de un lenguaje universal,  testigos de la esperanza.
Ø  Dice Mahatma Gandhi,
padre de la patria india, apóstol de la no violencia (Harijan, 13.07.1940)
«Después de haber estudiado cuanto me fue posible las religiones más importantes, nació en mí la idea de que tenía que haber una llave que pudiese abrir la unidad funda­mental de todas las religiones, habida cuenta de que es razonable y necesario descubrir lo que tienen en común. Esta llave es la verdad y la no violencia ...
Hasta que no realicemos esta unidad fundamental, no cesarán las guerras entabladas en nombre de la religión».

Ø  Dice Martín Luther King
pastor evangélico, líder negro, asesinado por la defensa de los de­rechos civiles en Estados Unidos.
«Me niego a hacer mía la afirmación cínica de que los pueblos irán cayendo, uno tras otro, en el torbellino del militarismo, hacia el infierno de la destrucción termonuclear. Creo que la verdad y el amor sin condiciones tendrán la última palabra.
La vida, aun provisionalmente vencida, es siempre más fuerte que la muerte. Creo firmemente que, incluso en medio de los obuses que estallan y de los cañones que retumban, permanece la esperanza de un radiante amanecer...
Creo igualmente que un día toda la humanidad reconocerá en Dios a la fuente de su amor. Creo que este amor salvador y pacífico será un día la ley.
El lobo y el cordero podrán descansar juntos, cada hombre podrá sentarse debajo de su higuera, en su viña, y nadie tendrá ya que tener miedo.
Creo firmemente que lo conseguiremos».
TERESA DE CALCUTA:
 “Lo que importa es la persona… Creo en el acercamiento de la persona a la persona. El amor es un fruto que se da en cualquier estación. La enfermedad más grande no es la lepra, sino el sentimiento de no ser aceptado… El azote más duro es el del olvido del prójimo, sobre todo, si consideramos que el prójimo es Dios.”
Ø  Dice Thich Nhat Hanh
monje budista, destacado activista de la paz durante la guerra de Viet­nam. (La corriente no es la orilla)
«Dice un adagio chino: «Cuando nace un profeta de la paz el agua del río se hace más clara y las plantas y los árboles de la montaña se vuelven intensamente verdes». Cuando un profeta de la paz está en medio de vosotros y vosotros ponéis vuestro pie cerca de su paso sentís luz, os hacéis paz con él y el mundo se llena de trasparencia. Por eso digo que si tú te sientas al lado de Jesús o del Buda no intentes analizar sus palabras; respira su paz». (Adaptación)
Ø  Dicen los evangelistas Marcos y Juan hablándonos de Jesús:
«Uno de los maestros de la ley preguntó: Maestro, de todos los mandamientos ¿cuál es el más importante? El más importante, respondió Jesús, es éste: Escucha Israel, el Señor tu Dios es uno. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas; y el segundo es éste: ama a tu prójimo como a ti mismo. No hay otros mandamientos mayores que éstos» (Mc 12,28-31).
«Amigos, amémonos unos a otros, pues el amor procede de Dios. Todo el que ama nació de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Queridos amigos, pues Dios nos amó tanto que nosotros debemos amarnos el uno al otro. Nadie ha visto jamás a Dios, mas si nos amamos, Dios vive en nosotros y su amor llega a su plenitud en nosotros» (1 Jn 4,78.11.12).
Elevamos nuestra plegaria al Dios de la paz, madre y padre de todos los pueblos del mundo
A cada petición, respondemos con una aclamación
«Con todos los pueblos, ¡oh, Señor, te pedimos por la paz».
1.  Amamos la vida como don sagrado de Dios y primer derecho del hombre, sea quien sea, esté donde esté. Que nadie mate, torture o atente contra su integridad. Quere­mos defender la vida de toda persona.

2.  Creemos que Dios es el amigo de la vida y contrario al partidismo económico o ideo­lógico de los hombres para defensa de sus territorios de poder, prestigio o riqueza. Que «no se utilice el nombre de Dios en vano».

3.  Creemos en la capacidad de las personas y pueblos para resolver sus conflictos por caminos de paz. Queremos apoyar y favorecer comportamientos y cauces democrá­ticos en libertad.

4.  Creemos en la fuerza pacificadora y liberadora de la verdad. Rechazamos la men­tira como instrumento de estrategia y la manipulación interesada de la verdad. Apelamos a la fuerza social del perdón para construir el futuro. Que ni la venganza ni los odios nos encadenen y que el perdón colectivo sea también fuente de paz.

PADRE NUESTRO POR LA PAZ

PADRE que miras por igual a todos tus hijos a quienes ves enfrentados.
NUESTRO, de todos, de los 500 millones de personas que poblamos la tierra, sea cual sea nuestra edad, color…
QUE ESTÁS EN EL CIELO y en la tierra, en cada hombre, en los humildes y en los que sufren,
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, pero no con el estruendo de las armas, sino con el susurro del corazón,
VENGA A NOSOTROS TU REINO, el de la paz, el del amor,
HÁGASE TU VOLUNTAD, siempre en todas partes. Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder
DANOS EL PAN DE CADA DÍA que estás amasado con paz, justicia y amor
DÁNOSLE HOY porque mañana puede ser tarde, los misiles están apuntando, y quizá algún loco quiera disparar
PÉRDONANOS, no como nosotros perdonamos, sino como tu perdonas, sin lugar al odio y al rencor
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, de almacenar lo que no nos diste, de acumular lo que otros necesitan, de mirar con recelo al de enfrente
LIBRANOS DEL MAL que nos amenaza, de las metralletas, de los misiles, de los millones de toneladas de armas, porque somos muchos,  Padre, los que queremos
VIVIR EN PAZ.
AMEN


miércoles, 20 de enero de 2016

AGUANTA UN POCO MAS
Se cuenta que en Inglaterra había una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Al entrar en una de ellas se quedaron prendados de una hermosa tacita. "¿Me permite ver esa taza?" preguntó la señora, "¡nunca he visto nada tan fino!"

En las manos de la señora, la taza comenzó a contar su historia: "Usted debe saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo era solo un poco de barro. Pero un artesano me tomó entre sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le grité: "¡Por favor..ya déjeme en paz...!" Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: ..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo"

Después me puso en un horno. ¡Nunca había sentido tanto calor!.... toqué a la puerta del horno y a través de la ventanilla pude leer los labios de mi amo que me decían: ..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Cuando al fin abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero, apenas me había refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No se cómo no acabó conmigo. Me daba vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me aplicó meticulosamente varias pinturas...Sentía que me ahogaba... "Por favor déjame en paz", le gritaba a mi artesano; pero él sólo me decía:..."Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Al fin, cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno, mucho más caliente que el primero. Ahora si pensé que terminaba con mi vida. Le rogué y le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si se había vuelto loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía: "Aguanta un poco más, todavía no es tiempo."

Me pregunté entonces si había esperanza... si lograría sobrevivir aquellos tratos y abandonos. Pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces que se abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un lugar muy diferente. Era precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas, verdaderas obras de arte, resplandecían como solo ocurre en los sueños. No pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en una fina tienda y ante mi había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo! 
Mi artesano entonces me dijo: "Yo se que sufriste al ser moldeada por mis manos, mira tu hermosa figura. Se que pasaste terribles calores, pero ahora observa tu sólida consistencia, se que sufriste con las raspadas y pulidas, pero mira ahora la finura de tu presencia... y la pintura te provocaba nausea, pero contempla ahora tu hermosura.. y, ¿si te hubiera dejado como estabas?
¡"Ahora eres una obra terminada! ¡lo que imaginé cuando te comencé a formar!".
Querido hermano que lees. Usted es una tacita en las manos del mejor alfarero: Dios. Confíate en Sus amorosas manos aunque muchas veces no comprendas por qué permite tu sufrimiento. 

AGUANTA UN POCO MÁS Y SERÁS EL HIJO/A QUE EL SOÑÓ PARA TODA LA ETERNIDAD...
Eclesiástico 33:13
Como la arcilla del alfarero está en su mano, - y todos sus caminos en su voluntad -, así los hombres en la mano de su Hacedor.

miércoles, 13 de enero de 2016


                "El logo y el lema del Año Jubilar son una buena síntesis de lo que será este año de la Misericordia. Con el lema ‘Misericordiosos como el Padre’ se propone vivir la misericordia siguiendo  el ejemplo del Padre, que pide no juzgar y no condenar, sino perdonar y amar sin medida.  El  logo  –obra  del  jesuita  Marko I. Rupnik–  se  presenta como  un pequeño compendio teológico de la misericordia. Muestra, en efecto, al Hijo que carga sobre sus hombros  al  hombre  extraviado,  recuperando así una  imagen  muy apreciada  en  la Iglesia  antigua,  porque  indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención.

El dibujo se destaca el Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. El Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la humanidad, pero sus  ojos se confunden con los del hombre. La escena se coloca dentro de una mandorla que es también una figura importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca la presencia de las dos naturalezas, divina y humana, en  Cristo. Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren  el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra  parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona."
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,29-39):
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar.
Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca.»
Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»
Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
REFLEXIÓN
“Predicando en las sinagogas y expulsando los demonios”. Así de conciso se muestra Marcos para resumir la actividad evangelizadora de Jesús. El texto del Evangelio de hoy podría ser, en efecto, un resumen del quehacer diario de Jesús: después de predicar en la Sinagoga cura enfermos, se retira a un lugar apartado para orar y se traslada a otra población, “para predicar también allí”. Jesús, consciente de su misión, se dedica por completo a anunciar la Buena Nueva, a invitar a la conversión y a hacer signos creíbles que avalen la anunciada cercanía del Reino; pero sabe reservarse sus tiempos. Sobre todo para orar, para ponerse en relación con su Padre, el que le había enviado. Pero también para estar con sus discípulos y amigos.
Y es que la misión de Jesús, igual que la nuestra que no es sino continuación de la suya, tal y como lo encomendó a su Iglesia, sólo tiene sentido en el marco de las relaciones personales. La relación personal con el Padre Dios, por supuesto, pero también las relaciones personales con sus amigos y sus hermanos en la misión, y con la gente misma a la que se dirigía. De hecho, Jesús despliega toda su acción misionera y salvadora en relaciones personales, en el tú a tú. No podría ser de otra manera: es el Amor que nace de Dios y que se transmite de tú a tú a cada persona en una relación también de amor.
A veces entendemos mal nuestra acción misionera. Como si fuera cosa de “hacer” muchas tareas, o de emprender grandes “proyectos”, o cosa de ideas a transmitir, o… No. La misión de Jesús, como la nuestra, sólo tiene sentido en el ámbito de las relaciones personales, en el tú a tú, en el terreno del amor real y concreto. Por eso sólo puede desplegarse desde una comunidad de hermanos de los que se pueda decir “mirad cómo se aman”. Por eso sólo nace de una relación profunda y constante con Dios mismo. Por eso sólo se puede realizar desde el encuentro y la cercanía del tú a tú, especialmente con los más pobres, sufrientes y excluidos.
Comienzos
Mucho en la vida pasa por los comienzos. Comenzamos etapas, años, cursos, relaciones… Cada comienzo debería ser percibido como una oportunidad, como un momento de tomar decisiones, de fijarse metas y horizontes. Por ejemplo, empezamos un nuevo año (ojalá que nunca nos instalemos en una rutina tan definitiva que nunca haya nada nuevo).
Al comenzar este año pregúntate ¿dónde estoy? Pregúntate por tus fortalezas y debilidades. Por tus vínculos. Por tu corazón. Por tus manías. Por todo lo que es significativo. Trazar un mapa lo más auténtico posible. Porque la capacidad de poner nombre a las cosas es camino hacia la verdad que buscamos. La lucidez para saber dónde estás. La honestidad sobre las relaciones que te importan. La sinceridad sobre los objetivos que de verdad movilizan tu corazón, más allá de las palabras y de las palabras bien dichas.
¿Dónde estoy?
¿OJO POR OJO O PERDONAR?
Jesús nos trae hoy una Buena Noticia. Quizá creamos que sabemos mucho sobre él, que hemos oído muchas veces hechos de su vida, pero su palabra puede sonar de forma distinta cada día y nos puede dar luz en nuestros problemas.

En ocasiones, nos enfadamos con los demás o incluso podemos llegar a insultar a aquél que no nos cae bien. Ante esto Jesús nos dice unas palabras:
“Habéis oído que se dijo a los antiguos: ‘Ojo por ojo y diente por diente.’ Pero yo os digo: No resistáis a quien os haga algún daño. Al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra.  Al que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda a quien te pida prestado.
También habéis oído que antes se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa tendréis? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario?”

Jesús nos ha dejado este mensaje, para que lo tengamos en cuenta en nuestra relación con los demás. Su consejo para que seamos felices es que no peguemos, que la violencia no lleva a ningún sitio. Dar y ayudar a todo el que nos pide algo, aunque no nos caiga bien o no le conozcamos. En definitiva, saludar, querer, compartir con todos, pero empezando con los que tenemos al lado: con nuestros compañeros de clase. Que Dios nos ayude a decir sí siempre que alguien nos necesite.
ORACIÓN POR EL AÑO NUEVO
Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar un año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.
Te ofrezco cuanto hice el año pasado, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
Al iniciar un nuevo año detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días: te pido para mí y los míos la paz, la salud y el cariño. Dame alegría para que, cuantos convivan conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poco de TI.

Danos un año feliz.