lunes, 18 de febrero de 2013



Miércoles de ceniza 2013

Polvo somos y en polvo nos convertiremos, es por eso que al iniciar este tiempo de cuaresma donde nos prepararemos para la muerte, y sobre todo resurrección del hijo de Dios, damos gracias a Dios y le pedimos su presencia en nuestras vidas en este bonito tiempo.
¡Oh Alto y Glorioso Dios!
Mi vida es como una vidriera
iluminada por tu GRACIA multicolor.

En este tiempo favorable,
conviérteme a Ti, a tu Voz.
Que tu Palabra no caiga en mí
como en saco roto.
Concédeme orar
con un corazón nuevo;
infunde en él
los mismos sentimientos
de tu Hijo Jesús.

Padre, renueva en mí tu Alianza
con el fruto de tu PACIENCIA.

Señor:
Un año más me convocas al ascenso hacia la PASCUA.
Soy consciente de que, tal vez, me encuentras
con las mismas dudas y batallas de siempre

¡Perdóname, Señor!
Quisiera rezar, y siempre encuentro mil excusas
Sacrificarme, y me digo que son cosas del pasado,
Darme generosamente, y pienso que tal vez,
algunos, se aprovechen de mi buena voluntad.

Tú, Señor
sales a mi encuentro, para levantarme de nuevo
y recuperar las ganas de creer y de vivir en Ti.
Sales a mi paso, para que mirándote a los ojos,
descubra que merece la pena seguirte.
Caminas hacia el calvario, para hacerme entender
que la vida es grande cuando, al igual que la tuya,
se ofrece por salvar y garantizar una vida  eterna a los demás.
¡Ayúdame, Señor!

¡Quiero ser peregrino en este Año de la Fe!
Que tu Palabra no falte en mi equipaje, para conocerte
Que el ayuno, sea hambre de tu presencia
Que mi caridad, estalle sin demasiado ruido
Que mi oración, brote espontáneamente
para nunca, por ella, dejar de buscarte y de tenerte.

¡Ayúdame, Señor, en este Año de la Fe!
A comprender que este tiempo al que tu me invitas
es oasis de meditación, de conocimiento y de búsqueda
Retorno de los malos modos o ásperos caminos
Re-encuentro con el gran olvidado: DIOS.
Si en algún momento, yo me olvido de esto, Señor;
remueve mis entrañas y mi memoria
para que jamás olvide o deje en el tintero
tantos momentos de tus dolores y sufrimientos
en rescate, salvación y recuperación íntegra del ser humano.

DAME FE, SEÑOR!
Sales a mi encuentro, tiempo de gracia y de cuaresma,
para hacerme comprender que, mi vida sin Dios,
es paja que lleva el viento.
Vienes a mi encuentro, días de gracia y de perdón,
en este Año Santo de la Fe
para hacerme sentir que, no estoy sólo,
que Dios me acompaña en mi caminar
que, cuando vuelvo los ojos hacia El,
no hay reproche alguno sino indulgencia plena.

¡DAME FE, SEÑOR!
Que no desperdicie tantos dones que me traes
Que, si se dan en mí, también los desee para los demás
Que, donde estén presentes mis gestos y mis detalles
mi servicio y me delicadeza,
que, entonces Señor, sienta que no te estoy perdiendo.

¡DAME FE, SEÑOR!
Porque son muchos los lodos que intentan engullirte
Porque, a veces, la ceniza deja más rastro en nosotros
que la misma luminosidad de la Santa Pascua
Porque, a veces Señor, decimos tenerte y no te conocemos
Decimos quererte, y nos resistimos acompañarte con tu cruz
Decimos ser de los tuyos, y volvemos la cara
Danos valor y testimonio en este Año de la Fe

¡DAME FE, SEÑOR!
Para que, cuando llegue junto contigo
al final del Gólgota,
sepa valorar el esfuerzo de mi CONVERSION
El alimento de mi ORACIÓN
El rédito del silencio de la CARIDAD
La hermandad del PERDON dado y recibido

Que te descubra, te conozca y te sienta
y, luego Señor, de razón de lo que creo y vivo
en esta Cuaresma del Año de la Fe.

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