martes, 21 de mayo de 2013


Esta mañana nos reunimos, convocadas por María, para orar juntos: escuchar gozosas la Palabra de Dios, acogerla como María y sentirnos acompañados para vivirla en medio de las cosas de la vida.
Nos sentimos como aquellos primeros discípulos que de vuelta al cenáculo se reúnen con María y algunas otras mujeres y se deciden a orar.
Así reunidos como pequeña comunidad cristiana nos disponemos a orar de la mano de María, esa María que a veces la idealizamos tanto que la hacemos inaccesible, vamos a caminar “con ella” en una especie de “vía mariana”.


Santa María de la alegría pascual
Madre del resucitado, mujer de entereza y fortaleza;
Virgen de la fidelidad en medio del dolor y la muerte;
Lámpara que permaneciste encendida cuando muchas se apagaron;
Llama encendida que contagiaste ilusión;
Mujer valiente y orante que siempre creíste a tu Hijo.

LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

Hija del Padre que cantaste las maravillas del Dios de la historia
que se pone de parte de los pobres y excluidos;
Mujer nunca resignada ante lo injusto y lo adverso,
pero siempre dispuesta a ver en todas las cosas el paso salvador de Dios;
Caminante discreta que seguías los pasos de tu Señor y Mesías
sin querer robar el protagonismo a los apóstoles de tu Hijo:

LLENA NUESTRA CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

Mujer heroica por tu saber estar, tu saber hablar y tu saber callar;
Mujer paciente que sabes que las cosas de calidad maduran con el tiempo,
y que al corazón humano no le sirven las prisas y desesperos;
Hermana y amiga que sabes guardar secretos y que sabes, también,
contarle las cosas nuestras a tu Hijo mejor que nosotros mismos por
tu delicadeza y finura:

LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

Santa María, misionera empedernida,
que sobre una columna dicen que animaste al bueno de Santiago
que quería regresar a Jerusalén derrotado ante la dificultad de la misión;
Peregrina y emigrante que tuviste que refugiarte en Egipto hasta la muerte de Herodes,
y cambiaste de residencia para vivir tu vejez con tu nuevo hijo,
el discípulo amado;
Mujer ligera de equipaje a quien pudo transportar los ángeles
en tu peregrinaje definitivo al Cielo:

LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

Virgen del rosario y la letanía, que has escuchado tantas oraciones nuestras,
unas bien hechas y otras cansadas y somnolientas;
Madre de tantas ermitas, parroquias y santuarios,
que has visto multiplicarse tu nombre en infinidad de advocaciones,
porque todos te consideramos nuestra, y a todos atiendes y esperas;
Reina, cuya única corona somos cada uno de nosotros,
y que te llenas de luces cuando nos ves alegres y felices;
puerta siempre abierta, y teléfono sin contestador,
que no sabes de horarios y de citas previas
y que nunca bostezas cuando te hablamos
y te contamos nuestras miles de batallas:

LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

Espejo de justicia y santidad, que no te gusta la mentira,
la doblez de corazón, el disimulo, la murmuración o la envidia;
Trono de sabiduría que aguantas nuestros mantos y nuestras joyas,
pero que encauzas nuestra generosidad hacia tus hijos más pobres,
cuidadora solícita de las familias
que nutres nuestros hogares de ternura y compasión;
fortaleza de enfermos
que sabes estar cerca de quien se le mueve los cimientos de la vida
cuando aparece la enfermedad o la posible muerte.

LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

Madre e hija de la Iglesia, que quieres que seamos comunidades abiertas,
acogedoras y solícitas; que mantienes las llamas de nuestros cirios siempre encendidos…

LLENA NUESTRO CORAZÓN DE ALEGRÍA PASCUAL.

 MARÍA...

la mujer fuerte
la que inspira confianza
la de valor probado en el SI, sin condiciones...
la que creíste

OYEME:

Da luz a mi inteligencia.
Fortalece mi voluntad indecisa.
Hazme sencillo en mi actuar.
Dame corazón humilde.

MARÍA

Quiero tener alma grande para que todos tengan cabida en ella.
Quiero ser de interior limpio de donde no brote lo malo.
Quiero ser fuerte en la dificultad.
Quiero pureza en mi vida.
Quiero capacidad de entrega sin esperar correspondencia.

MADRE... AYÚDAME A DECIR SÍ

El "SI" del trabajo.
El "SI" de la honradez.
El "SI" de la fidelidad.

Ayúdame a decir:

el "SI" del compromiso con Jesús
el "SI" del amor a los semejantes
el "SI" de la apertura al Espíritu de Cristo Resucitado
el "SI"...

TAMBIÉN YO QUIERO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS


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