miércoles, 29 de enero de 2014


29 de enero de 2014

Mañana, 30 de enero.  como cada año desde 1964, se celebra el Día Escolar de la No violencia y la Paz (DENIP) en conmemoración del día en el que mataron a Gandhi. Un hombre que, con su lucha pacífica y sus acciones de no-violencia, consiguió que la independencia de la India, su país natal, se hiciera realidad. 

El mensaje del DENIP es bien sencillo: El amor universal es mejor que el egoísmo. La no-violencia es mejor que la violencia. La paz es mejor que la guerra.

Como centro cristiano nos unimos a los principios inspiradores del DENIP. Nuestra fe en el Dios de la Paz, de la Misericordia y del Perdón, nos convoca cada día a ser constructores de la Paz, de esa Paz que sólo Dios sabe dar.

A lo largo del día de mañana vamos a celebrar el DENIP con nuestros alumnos y compañeros, por tanto,  vamos a preparar nuestros corazones escuchando y reflexionando  sobre los siguientes testimonios de personajes que han trabajado por la Paz:

Jesús de Nazaret: “Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra” (Mt 5,4) “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). “Habéis oído que se dijo Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no os resistáis al mal y si alguno os abofetea en la mejilla, dale también la otra (Mt 5,38-40). “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen y orad por los que os persiguen” (Mt 5,44)

Teresa de Calcuta: “Lo que importa es la persona… Creo en el acercamiento de la persona a la persona. El amor es un fruto que se da en cualquier estación. La enfermedad más grande no es la lepra, sino el sentimiento de no ser aceptado… El azote más duro es el del olvido del prójimo, sobre todo, si consideramos que el prójimo es Dios”.

Martin Luther King: “Sueño que llegará el día en que los hombres se elevarán por encima de sí mismos y comprenderán que están hechos para vivir juntos, en hermandad”. Todavía sueño en aquella mañana de navidad, que llegará el día en que todas las personas de color del mundo serán juzgadas por el contenido de su personalidad y no por el color de su piel: que cada hombre respetará el valor y la dignidad de la persona humana”

Gandhi en su oración  

No hay camino para la paz, la paz es el camino.

Señor: Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
 Y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón. 
Si me das éxito, no me quites la humildad. 
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla,
no me dejes acusar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo
y a no juzgarme como a los demás.. 
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, 
ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame
que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. 
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza
Y que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso. 
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme 
y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.
¡Señor... si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!

Nelson Mandela

El arma más potente no es la violencia sino hablar con la gente. La honradez, la sinceridad, la sencillez, la humildad, la generosidad sin esperar nada a cambio, la falta de vanidad, la buena disposición para ayudar al prójimo (cualidades muy al alcance de todo ser) son la basa de la vida espiritual de una persona.  El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa. Si quieres hacer las paces con tu enemigo, tienes que trabajar con él, entonces se vuelve tu compañero.


También nosotros debemos reflexionar sobre nuestro entorno donde vemos cientos de actitudes violentas que debemos denunciar….

GUERRAS, que representan el empleo de la fuerza en lugar de la razón entre los pueblos y hace que mueran personas inocentes, incluso niños y jóvenes.

TERRORISMO, que es el empleo del asesinato como argumento en lugar de la palabra. ¿Qué derecho tienen los terroristas sobre la vida de nadie?

VIOLENCIA DOMÉSTICA, que destruye a las familias.

VIOLENCIA CALLEJERA, que es una falta de respeto hacia la sociedad.

ODIO, RENCOR, ENVIDIA, MENTIRA..., que muchas veces se dan entre nosotros mismos, que nos embrutecen y nos hacen infelices.

RACISMO, que trata a las personas de forma diferente porque sean de distinto color o de distinta clase social olvidando que todos somos iguales ante Dios y ante las personas.

El silencio tiene un valor simbólico frente al ruido de las bombas que puedan caer. Nuestra resistencia no es pasiva, es activa, pero de otra forma: acallando el ruido de nuestro interior para ofrecérselo a Dios.


Frente al ruido violento... el silencio pacífico 
Frente a la muerte de inocentes... la apuesta por al vida 
Frente al odio irracional...  la acogida del amor y la amistad 
Frente a la injusticia contra un pueblo... la justicia con el vecino 
Frente a los intereses egoístas... nuestra generosidad gratuita

Padre Dios, desde nuestra ilusión por vivir, hoy queremos pedirte que nos concedas el don de la paz. Que nos regales actitudes de tolerancia, respeto, y ante todo misericordia y perdón.
Ayúdanos cada día a ser portadores de paz, que nuestra vida sea signo y testimonio de concordia y de saber convivir en el colegio, en nuestra familia y en la sociedad

Y no podemos terminar la oración de hoy sin recordar la oración de la paz inspirada en nuestro Padre San Francisco…

SEÑOR, HAZ DE MÍ UN INSTRUMENTO DE TU PAZ 
DONDE HAYA ODIO, PONGA AMOR. 
DONDE HAYA OFENSA, PONGA PERDÓN. 
DONDE HAYA DISCORDIA, PONGA  UNIÓN. 
DONDE HAYA DUDA, PONGA FE. 
DONDE HAYA ERROR, PONGA YO VERDAD. 
DONDE HAYA DESESPERACIÓN, PONGA YO ESPERANZA. 
DONDE HAYA TRISTEZA, PONGA YO ALEGRÍA. 
DONDE HAYA  TINIEBLAS, PONGA YO  LUZ. 
MAESTRO, HAZ QUE YO NO BUSQUE TANTO 
SER CONSOLADO, SINO CONSOLAR;
SER COMPRENDIDO, SINO COMPRENDER;
SER AMADO, SINO AMAR. 
PORQUE ES DANDO, COMO SE RECIBE. 
ES PERDONANDO, COMO SE ES PERDONADO. 
ES MURIENDO, COMO SE RESUCITA A LA VIDA ETERNA. 


Amén

viernes, 24 de enero de 2014

Señor, en el silencio de este día que nace,
vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar al mundo con ojos llenos de amor.
Ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.
Ver a tus hijos detrás de las apariencias,
como los ves tu mismo,
para así poder apreciar la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración.
Guarda mi lengua de toda maledicencia.
Que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mi.
Quiero ser tan bienintencionado y bueno
que todos los que se acerquen a mi sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad Señor
y haz que en este día yo te refleje.
Amén
  
Lectura del primer libro de Samuel (17,32-33.37.40-51):

En aquellos días, Saúl mandó llamar a David, y éste le dijo: «Majestad, no os desaniméis. Este servidor tuyo irá a luchar con ese filisteo.»
Pero Saúl le contestó: «No podrás acercarte a ese filisteo para luchar con él, porque eres un muchacho, y él es un guerrero desde mozo.»
David le replicó: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de las manos de ese filisteo.»
Entonces Saúl le dijo: «Anda con Dios.»
Agarró el cayado, escogió cinco cantos del arroyo, se los echó al zurrón, empuñó la honda y se acercó al filisteo. Éste, precedido de su escudero, iba avanzando, acercándose a David; lo miró de arriba abajo y lo despreció, porque era un muchacho de buen color y guapo, y le gritó: «¿Soy yo un perro, para que vengas a mi con un palo?»
Luego maldijo a David, invocando a sus dioses, y le dijo: «Ven acá, y echaré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo.»
Pero David le contestó: «Tú vienes hacia mí armado de espada, lanza y jabalina; yo voy hacia ti en nombre del Señor de los ejércitos, Dios de las huestes de Israel, a las que has desafiado. Hoy te entregará el Señor en mis manos, te venceré, te arrancaré la cabeza de los hombros y echaré tu cadáver y los del campamento filisteo a las aves del cielo y a las fieras de la tierra; y todo el mundo reconocerá que hay un Dios en Israel; y todos los aquí reunidos reconocerán que el Señor da la victoria sin necesidad de espadas ni lanzas, porque ésta es una guerra del Señor, y él os entregará en nuestro poder.»
Cuando el filisteo se puso en marcha y se acercaba en dirección de David, éste salió de la formación y corrió velozmente en dirección del filisteo; echó mano al zurrón, sacó una piedra, disparó la honda y le pegó al filisteo en la frente: la piedra se le clavó en la frente, y cayó de bruces en tierra. Así venció David al filisteo, con la honda y una piedra; lo mató de un golpe, sin empuñar espada. David corrió y se paró junto al filisteo, le agarró la espada, la desenvainó y lo remató, cortándole la cabeza. Los filisteos, al ver que había muerto su campeón, huyeron.


Salmo

R/. Bendito el Señor, mi Roca

Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea. R/.

Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos. R/.

Dios mio, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,1-6):

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.


Papa Francisco
Encíclica “Lumen fidei / La Luz de la fe”, § 16-17 (trad. © Libreria Editrice Vaticana)
“Si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más… seremos salvados por su vida” (Rm 5,10)
    La mayor prueba de la fiabilidad del amor de Cristo se encuentra en su muerte por los hombres. Si dar la vida por los amigos es la demostración más grande de amor (cf. Jn 15,13), Jesús ha ofrecido la suya por todos, también por los que eran sus enemigos, para transformar los corazones. Por eso, los evangelistas han situado en la hora de la cruz el momento culminante de la mirada de fe, porque en esa hora resplandece el amor divino en toda su altura y amplitud. San Juan introduce aquí su solemne testimonio cuando, junto a la Madre de Jesús, contempla al que habían atravesado (cf. Jn 19,37): «El que lo vio da testimonio, su testimonio es verdadero, y él sabe que dice la verdad, para que también vosotros creáis» (Jn 19,35)…

    Y, sin embargo, precisamente en la contemplación de la muerte de Jesús, la fe se refuerza y recibe una luz resplandeciente, cuando se revela como fe en su amor indefectible por nosotros, que es capaz de llegar hasta la muerte para salvarnos. En este amor, que no se ha sustraído a la muerte para manifestar cuánto me ama, es posible creer; su totalidad vence cualquier suspicacia y nos permite confiarnos plenamente en Cristo.

    Ahora bien, la muerte de Cristo manifiesta la total fiabilidad del amor de Dios a la luz de la resurrección. En cuanto resucitado, Cristo es testigo fiable, digno de fe (cf. Ap 1,5; Hb 2,17), apoyo sólido para nuestra fe.



Danos tu Espíritu,
Señor de la Vida.
El Espíritu
que nos llena el corazón
para seguir tus pasos
y vivir el evangelio.
El Espíritu que guió tu camino,
desde la concepción,
llenando la vida de María,
tu madre y madre nuestra.
El Espíritu que acompañó
tu crecimiento
en estatura, gracia y sabiduría,
en los años sencillos de Nazaret.
El Espíritu que te orientó
hacia el desierto
para meditar el llamado
y salir a la predicación.
El Espíritu que te daba fuerzas,
El Espíritu que te alentó en tu hora
y que pusiste en las manos del Padre,
como signo definitivo de tu entrega.
Señor, danos tu Espíritu.
Nos has prometido un compañero,
un guía, un defensor, un maestro.
Envía tu Espíritu
a nuestras comunidades.
Lo esperamos con ansias,
lo buscamos con alegría,
queremos llenarnos
de su pasión por la Vida.
Renueva nuestra esperanza,
ayúdanos a caminar en los conflictos,
enséñanos la fidelidad al Evangelio
en estos tiempos difíciles.
Queremos construir el Reino,
ofrecer al mundo
los frutos de tu presencia aliento y ánimo
para anunciar el Reino
y construirlo
con gestos de vida solidaria.
El Espíritu que te enseñó
a descubrir a Dios
en los pobres y sencillos,
y alabar al Padre,
como María. 

Dios de la Vida,
danos tu Espíritu,
para que nos haga nuevos,
para que nos impulse a la misión,
para que seamos testigos,
hermanos y mensajeros.
Para que vivamos
en el Espíritu de Jesús
y él nos muestre
las huellas del Reino
en la sociedad que vivimos.
Si osáramos...

«Id, vosotros que sois "los hermanos del pueblo", al corazón de las masas, a esas multitudes dispersas y extenuadas "como ovejas sin pastor", de las que Jesús sentía compasión... Id, pues, también vosotros a los hombres y mujeres de nuestro tiempo. ¡No esperéis a que vengan a vosotros! ¡Intentad vosotros mismos alcanzarlos! El amor de Cristo nos impulsa a esto... Toda la Iglesia os lo agradecerá» (Juan Pablo II, Las misiones populares, hoy, 15-XI-1982).

¡Quién puede decir las maravillas, los milagros que Dios haría con nosotros y a través de nosotros si, como Francisco, osáramos poner en Él toda nuestra confianza! Dios nos tiene una confianza increíble, no obstante nuestra fragilidad, nuestros límites, traiciones, negaciones... Está siempre dispuesto a «levantarnos», a abrirnos las puertas de su casa, a enviarnos al mundo entero, a pesar de nuestra edad, de nuestro cansancio y de nuestras desilusiones. Necesitamos recobrar esta confianza, intuir y experimentar, como Francisco, la presencia viva y paterna de Dios.
Francisco emprende su nuevo camino con los ojos fijos en el «Padre que está en los cielos»; «sigue desnudo a Cristo desnudo» mediante un nuevo «bautismo de deseo», el de pertenecerle sólo a Él. Así, se convierte en ágape -en don gratuito para los últimos (los leprosos)- en el seno de la Iglesia, por el Reino de Dios y por el mundo: fuera de los muros de su ciudad, fuera de Asís.

lunes, 20 de enero de 2014

Se nos presenta un año lleno de oportunidades a pesar de nuestros cansancios, nuestros fracasos, nuestras caídas y nuestras encrucijadas diarias, la Vida nos sigue pidiendo que la VIVAMOS. Cada mañana tenemos distintas dificultades, pero cuando las dificultades las consideramos como OPORTUNIDADES, la visión de nuestro mundo cambia. Debemos transcender y emprender un nuevo camino de infinitas posibilidades. Posibilidad de crecer, de sembrar, de reunir, de soñar, de aprender, etc… No nos cansemos nunca de VIVIR, a veces la VIDA está más allá de nuestra corta visión de la realidad. Sigamos remando. Y para ello, lo mejor es empezar el día dándote gracias,

Es bueno darte gracias, Señor, de corazón,
y cantarte con gozo cada día.
Es bueno proclamar por la mañana tu lealtad
y por la noche decirte de verdad que me has querido.
Es bueno decir que tus acciones, Señor,
son mi alegría y mi esperanza.
Es bueno decirte que las obras le tus manos
son júbilo y fiesta para mí.

Te doy gracias y me alegro por el don maravilloso de la vida.
Te doy gracias y me alegro por el don entrañable del bautismo.
Te doy gracias y me alegro por el don precioso de tu Espíritu.
Te doy gracias y me alegro por el don precioso de tu Palabra.
Te doy gracias y me alegro por el don único de tu Pan de vida.

Qué grandes son tus obras, Señor.
Qué profundos son tus designios.
Qué grandes son tus proyectos para nosotros.
Qué profundos son tus deseos para el que te busca.

Es bello, Señor, vivir siendo tú el centro de mi vida.
Es bello, Señor, saber que tú eres el Señor de mi vida.
Muchos no te conocen, Señor, y me da pena
que pongan su vida en cosas que se acaban.
Muchos no saben que tú eres Padre
y que nos quieres a todos con ternura.
Tú eres grande para siempre.
Tu amor me inunda v me hace feliz.
El hombre honrado florecerá como palmera,
se abrirá como un trigal fecundo,
siempre tendrá el fruto a mano y su vida ante ti, Señor, será preciosa.
Es bueno darte gracias, Señor, y cantarte de gozo cada día.
Es bueno abrir el corazón de par en par
y dejar que tu luz inunde de tu paz toda la vida.

Y si hay alguien que realmente abrió su corazón de par en par, y supo inundarse de Dios, y captar perfectamente el mensaje de que tenemos que morir al hombre viejo y renacer al hombre nuevo, ese es Juan el Bautista, de quien nos ha hablado el Evangelio estos días pasados, recordémoslo:


Evangelio según san Mateo (3, 13-17)

Entonces llegó Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Juan intentaba disuadirlo diciéndole: Soy yo quien necesita que tú me bautices, y ¿tú acudes a mí? Jesús le contestó: Déjame ya, que así es como nos toca a nosotros cumplir toda justicia.
Entonces Juan lo dejó. Jesús, una vez bautizado, salió en seguida del agua. De pronto quedó abierto el cielo y vio al Espíritu de Dios bajar como paloma y posarse sobre él, y una voz del cielo dijo: Éste es mi Hijo, el amado, en quien he puesto mi favor.

Antes de narrar su actividad profética, los evangelistas nos hablan de una experiencia que va a transformar radicalmente la vida de Jesús. Después de ser bautizado por Juan, Jesús se siente el Hijo querido de Dios, habitado plenamente por su Espíritu. Alentado por ese Espíritu, Jesús se pone en marcha para anunciar a todos, con su vida y su mensaje, la Buena Noticia de un Dios amigo y salvador del ser humano.

¡QUIERO SER COMO JUAN, SEÑOR!
Y que te sirvas de mí, para anunciar tu llegada
Y que me concedas la humildad, para saber que no soy sino tu siervo
Y que me hagas ver los signos de tu llegada

¡QUIERO SER COMO JUAN, SEÑOR!
Y colaborar contigo para que, tu Reino, sea una pronta realidad
Y que venga tu Palabra sobre mí y me empuje a proclamarla
Y que, sin miedo al que dirán, anuncie y denuncie lo que falta en el mundo
Y que, sin miedo a la prueba, anuncie y denuncie lo que sobre en el mundo

¡QUIERO SER COMO JUAN, SEÑOR!
Y que viva este momento, como un momento de gracia
Y que viva mi vida, como una llamada a darme por los demás
Y que viva mi existencia, como un pregón de esperanza
Y que viva mis días, sabiendo que Tú –tarde o temprano- llegarás

¡QUIERO SER COMO JUAN, SEÑOR!
Y ser un heraldo, aunque sea minúsculo, de tu presencia
Y ser un heraldo, aunque sea insignificante, de tu llegada
Y ser un heraldo, aunque me asalten las dudas, de tu grandeza
Y ser un heraldo, aunque me cueste el desierto, de tu nacimiento

¡QUIERO SER COMO JUAN, SEÑOR¡
Rescatando, de los caminos perdidos, a los que andan sin esperanza
Levantando, de los caminos torcidos, a los que cayeron abatidos
Alegrando, de los caminos melancólicos, a los que dejaron de sonreír
Recuperando, de los caminos confundidos, a los que creyeron tenerlo todo

¡QUIERO SER COMO JUAN, SEÑOR!
Un constructor de sendas para los que te busquen
Un arquitecto de autopistas para los que te deseen
Un elevador de puentes, para los que te quieran encontrar
Un ingeniero de pistas, para los que quieran vivir contigo

CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Alcanzar y bajar hacia las aguas del Jordán
para sentir que Dios llama siempre
a pesar de las dificultades del camino.

CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Dejar la comodidad de mi casa,
de mis amigos y trabajos,
para empeñarme un poco
en aquello que el Evangelio
necesita de mis manos y de mi esfuerzo.

CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Renovar mi Bautismo
un tanto empolvado por el paso del tiempo.
Reavivar mi Bautismo
un tanto mortecino.
Fortalecer mi Bautismo
a veces débil y acomodado.
CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Escuchar mi nombre y una llamada
“Tú eres mi Hijo.”
Para que nunca falte en tu causa
buenos testigos
que pregonen tu Palabra.
que pronuncien tu nombre,
que den testimonio de tu Reino,
que ofrezcan lo que son y tienen
y Dios sea  conocido, amado y bendecido
en las cuatro direcciones del mundo.

CONTIGO QUIERO, SEÑOR
Renovar, levantar,
Ilusionar y mejorar,
Incentivar y alimentar,
Revitalizar y fortalecer
lo que un día, por la fuerza del Espíritu,
me hizo hijo de Dios
miembro de su pueblo
hijo de la Iglesia
testigo de tu Reino:
EL BAUTISMO
Amén.

ORACIÓN FINAL:

Gracias, Dios y Padre, porque te has dignado manifestarte
y hemos oído tu voz en las palabras de tu hijo amado.
Queramos o no, conscientes o no,
estás presente en nosotros y nos das la vida.
Tú eres la vida que vivimos, el amor que sentimos y el bien que hacemos.
Tu espíritu nos enriquece y nos abre horizontes,
ilumina nuestra íntima conciencia
y nos mueve a solidarizarnos con los demás.
Gracias por ser nuestra fuente de inspiración.
Gracias también, Padre, por tantos testigos y profetas
que nos han abierto los ojos y nos han ayudado a descubrir
el sentido de nuestro propio bautismo.
Gracias por tanta buena gente
que nos ha enseñado el camino que lleva a Ti
Te suplicamos, Padre de bondad,
que nos envíes tu Espíritu, como hiciste con Jesús a orillas del Jordán,
para que nos decidamos a seguir sus huellas
y merezcamos llamarnos también hijos tuyos.
Te pedimos por cada uno de nosotros para que reflejemos en nuestra vida
el compromiso de nuestro bautismo y demos testimonio, personal y colectivo,
de profesar y seguir el verdadero mensaje de Jesús.
Te pedimos por toda la humanidad,
para que unos junto a otros, solidariamente,
construyamos, porque es posible,
ese mundo justo y equitativo que has soñado


jueves, 9 de enero de 2014


 


Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, 
el pasado y el futuro. Al terminar un año quiero darte gracias por todo aquello que 
recibí de TI. 

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el 
dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser. 

Te ofrezco cuanto hice el año pasado, el trabajo que pude realizar y las cosas 
que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. 

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades 
nuevas, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano 
y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y 
la alegría. 

Pero  también,  Señor  hoy  quiero  pedirte  perdón,  perdón  por  el  tiempo 
perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. 
Perdón  por  las  obras  vacías  y  por  el trabajo  mal  hecho,  y  perdón  por  vivir  sin 
entusiasmo. También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta 
ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente 
te pido perdón. 

Al  iniciar un nuevo  año detengo mi  vida  ante el nuevo  calendario  aún  sin 
estrenar y te presento estos días: te pido para mí y los míos la paz, la salud y el 
cariño. Que yo dé alegría para que, cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí 
encuentren en mi vida un poco de TI. 
  
Ya estamos de nuevo en el Colegio después de las vacaciones de Navidad;    hemos despedido al 2013 deseando que el 2014 sea mejor que el anterior. 
Nos hemos deseado felicidad, prosperidad, que se hagan realidad nuestros sueños y 
hemos transmitido AMOR a la familia y a los amigos y amigas. 
Muchas  veces nos han dicho que nuestra  vida  es  como  un  libro  abierto  y 
todavía sin acabar de escribir. Cada día una página en blanco que nosotros mismos 
rellenamos  con  lo  que  hacemos,  con  nuestras  decisiones,  con  nuestros 
pensamientos. Cada año es un capítulo nuevo, una historia nueva que no tiene un 
final marcado, porque el final lo ponemos cada uno.  
El capítulo que empezamos hoy es diferente al anterior. Es una historia llena 
de oportunidades. Año nuevo, vida nueva: eso quiere decir que tenemos la ocasión 
de corregir nuestros errores, de proponernos nuevas metas y de dejar atrás lo que 
no hemos hecho del todo bien. 
Pero también  este  capítulo  es  continuación  de  una  historia  que  venimos 
escribiendo hace tiempo. Es una ocasión para continuar todo lo bueno que hemos 
empezado,  para  seguir  estudiando, trabajando, divirtiéndonos,  compartiendo  la  amistad  y buenos momentos.  
Como nos dice Dios en los Evangelios: “pon tus dones, tus panes”, “comparte 
tu tiempo”, “sonríe a todos”, “pon color a la vida”… 
Que  este  nuevo  año  que  empezamos, Jesús,  nos  enseñe  a  ser  humildes, 
generosos, austeros... en definitiva: a ser buenas personas.
  
Jesús nos trae hoy una Buena Noticia. Quizá creamos que sabemos mucho 
sobre él, que hemos oído muchas veces hechos de su vida, pero su palabra puede 
sonar de forma distinta cada día y nos puede dar luz en nuestros problemas. 
En  ocasiones,  nos  enfadamos  con  los  demás  o  incluso  podemos  llegar  a 
insultar a aquel que no nos cae bien. Ante esto Jesús nos dice unas palabras: 
“Habéis oído que antes se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente.’ Pero yo os 
digo: No resistáis a quien os haga algún daño. Al contrario, si alguien te pega en la 
mejilla  derecha,  ofrécele también  la  otra.  Al  que te  pida  algo,  dáselo;  y  no  le 
vuelvas la espalda a quien te pida prestado.” 
“También  habéis  oído  que  antes  se  dijo:  ‘Ama  a  tu  prójimo  y  odia  a  tu 
enemigo.’ Pero  yo  os  digo:  Amad  a  vuestros  enemigos  y  orad  por  los  que  os 
persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, pues él hace que su 
sol salga sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos. Porque si 
amáis  solamente  a  quienes  os  aman,  ¿qué  recompensa tendréis?  Y  si  saludáis 
solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario?”

Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él.
Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados”.

Evangelio según San Marcos 6,34-44. 
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde.
Despide a la gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer".
El respondió: "Dadles de comer vosotros mismos". Ellos le dijeron: "Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos".
Jesús preguntó: "¿Cuántos panes tenéis? Id a ver". Después de averiguarlo, dijeron: "Cinco panes y dos pescados".
El les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde,
y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.
Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente.
Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado.
Los que comieron eran cinco mil hombres. 

Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados”.

Evangelio según San Marcos 6,34-44. 
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde.
Despide a la gente, para que vaya a las poblaciones cercanas a comprar algo para comer".
El respondió: "Dadles de comer vosotros mismos". Ellos le dijeron: "Habría que comprar pan por valor de doscientos denarios para dar de comer a todos".
Jesús preguntó: "¿Cuántos panes tenéis? Id a ver". Después de averiguarlo, dijeron: "Cinco panes y dos pescados".
El les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde,
y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.
Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente.
Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado.
Los que comieron eran cinco mil hombres. 

Evangelio según San Marcos 6, 45-52
En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se dirigieran a Betsaida, mientras él despedía a la gente. Después de despedirlos, se retiró al monte a orar.

Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo, en tierra. Viendo los trabajos con que avanzaban, pues el viento les era contrario, se dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del amanecer, y parecía que iba a pasar de largo.

Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban espantados. Pero él les habló enseguida y les dijo: "¡Ánimo! Soy yo; no temáis". Subió a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos estaban llenos de espanto y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues tenían la mente embotada.

Reflexión
Cuando las olas de la vida se levantan con ímpetu sobre nuestra pobre vida, incluso nos puede parecer que el mismo Jesús pasará de largo dejándonos a merced del viento.

El evangelio de hoy nos muestra que Dios siempre está con nosotros, que "viendo nuestros esfuerzos" por alcanzar la orilla, se pone en camino para rescatarnos y llevarnos a puerto seguro. Es importante darnos cuenta del esfuerzo que estaban haciendo los discípulos

Lo mismo Dios nos pide simplemente cooperar a su gracia, que no es otra cosa que hacer lo que está en nuestras manos, con la confianza puesta en que él mismo completará la obra y nos sacará de la crisis. Por ello, nunca te sientas ni solo ni defraudado, las crisis nos sirven para crecer y para aprender a confiar totalmente en Dios.

PERMITE QUE EL AMOR DE DIOS LLENE HOY TU VIDA. ÁBRELE TU CORAZÓN

Los apóstoles pidieron al Señor: —Danos más fe. El Señor les contestó: —Si tuvierais fe, aunque sólo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Arráncate de aquí y plántate en el mar”, y les haría caso. Lc 17:5-6
Padre celestial, te damos gracias por las muchas maneras en que tú nos fortaleces y revelas tu vida a nosotros. Te damos gracias por toda tu protección, también por tu protección a nuestra fe y esperanza. Haz que tu Espíritu penetre más y más en nosotros, permitiéndonos ser tus testigos en este malvado e infeliz mundo. Que tu Espíritu nos de esperanza en esta vida y para la vida que ha de venir. Amén.

Para terminar me gustaría leer una carta de despedida de Gabriel García Márquez que  se ha retirado de la vida pública por razones de salud: cáncer linfático. Ahora, parece, que es cada vez más grave. Ha enviado una carta de despedida a sus amigos, y gracias a Internet está siendo difundida.
Es verdaderamente conmovedor este corto texto escrito por uno de los latinoamericanos más brillantes de los últimos tiempos que dice así .

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo."
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes. Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero y que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces. Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.