viernes, 30 de noviembre de 2012

Ayer toda la familia franciscana recordó al Beato Raimundo Lulio del cual lleva el nombre nuestro colegio. Nació en Palma de Mallorca, de noble linaje, y fue educado según la vida cortesana. Después de experimentar las vanidades del mundo, deseoso de revestirse del hombre nuevo, determinó llevar una vida nueva. Convertido al Señor, renunció a sus bienes e ingresó en la Tercera Orden Franciscana, una vez que hubo renunciado a todos los bienes terrenos, sólo por una cosa suspiraba: cómo podría contribuir a la salvación de las almas y a la extensión del reino de Jesucristo.
Nosotros también queremos colaborar con nuestra vida a la extensión del  Reino de Dios y para ello necesitamos contar con el siguiente kit de supervivencia
·         UNA  BIBLIA: No basta con utilizarla como libro de texto. Más bien debe convertirse en manantial de agua fresca al que acudir frecuentemente para saciar tu sed. De manera que vayas embriagándote y los que están a tu lado conozcan a través de ti la Palabra de Dios hecha vida.
·         UN RELOJ SIN AGUJAS: La búsqueda, amigo, no conoce horarios. No son los 50 minutos o las cuatro horas que pasas al lado de tus alumnos o tus compañeros, debes buscar las 24 horas del día. Ah, y cuando llegues a casa con la sensación de que has perdido el tiempo..., no desesperes, ¡es una buena señal!
·         SEMILLAS: No quieras ver los frutos inmediatamente. En la mayoría de los casos tú sembrarás y serán otros los que recojan. De momento confórmate con pequeños frutos: una sonrisa, un saludo, un gesto agradecido.
·         UNA TOALLITA DESMAQUILLANTE: Hábla los demás con tu vida. Deja a un lado las largas peroratas y los sabios consejos. Para convencer no basta con tu poder de elocuencia. Muéstrate tal y como eres, sin caretas. Si lo que haces es auténtico, no te quepa ninguna duda de que tus compañeros y alumnos “te plagiarán”.
·         UN PIN DE UN MONIGOTE GRACIOSO: Arroja tus cabreos y tristezas antes de entrar en contacto con tus compañeros y alumnos. En una sociedad donde les vendemos con tanta facilidad “felicidad de la barata”, las decepciones son huésped permanente en la vida de muchos. La alegría franciscana, debe convertirse en un virus de difícil curación.
·         UNA AGENDA CON LAS DIRECCIONES Y TELÉFONOS DE TUS COMPAÑEROS Y ALUMNOS: No te conformes con transmitirles todo lo que sabes...En un mundo que avanza a pasos agigantados, muy pronto podrá sustituirte una máquina. Dios les ha puesto en tu camino: que sus problemas, sus proyectos e ilusiones sean también tuyos. Métete en sus vidas aunque incordies.
·         UN Nº 7 BORDADO EN TU CAMISA: “Setenta veces siete”: no lo olvides nunca. Si eres capaz de llevar a cabo esta frase lograrás acercar kilómetros y kilómetros el Reino de Dios. Introduce en tu vocabulario el perdón, “lo siento”, “me he equivocado”.
·         PIEZAS DE UN PUZZLE: No te conformes nunca con la tarea hecha. Eso sí, siéntete orgulloso, pero jamás creas que el trabajo está acabado. Cada día es una oportunidad para avanzar un poco más.
·         UNA VELA: Un buen examen de conciencia para un cristiano es aquel en el que no sólo se pregunta por lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer... Cada día habla a Dios de cada uno de tus compañeros y amigos, preséntale sus vidas... y deja que Dios te ilumine.
Si consigo saber utilizar este kit, podré mostrarte Señor, al que tengo a mi lado. Pero me encuentro con muchas dificultades, no siempre eres tú mi tesoro, Señor. No siempre te tengo en el centro de mi vida. sin embargo, quiero luchar para optar cada vez más por ti. Quiero descubrirte y tenerte como el único y más preciado tesoro de mi vida.

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