lunes, 16 de febrero de 2015




 Buenos Días, Señor; Buenos con tu Bondad, y de Día con tu Luz!
Aquí estoy haciendo esta parada ante Ti antes de empezar, al igual que le hace falta silencio a la música antes de comenzar; en tus Manos este Día, que Tú seas el Artista que cree una Bella Canción con mi vida, que Tú seas el Autor que escriba la página de este Día.
Otra vez comienza el Día y la Semana, Sí, otra vez nos Regalas esta Bendición de Tiempo; otra vez te pedimos que hagas nuevas todas las cosas; porque Contigo este “otra vez” es Otra vez; Contigo es otra vez tu Paz, otra vez compartir, otra vez tu Bien repartir, otra vez el Mal desterrar, otra vez Despiertos soñar, otra vez mirándote luchar, otra vez en tu Amor triunfar, otra vez tu Belleza contemplar, otra vez en tu Plenitud caminar, otra vez nuestro corazón a Sonreír, otra vez Sentir, otra vez Reír, otra vez Vivir!
Amado Señor, Te doy gracias por este día. Te doy gracias porque puedo ver y escuchar esta mañana. Estoy bendecida(o) porque tú eres un Dios de perdón y comprendes, tú has hecho tanto por mí y por otros, soy bendecida(o) porque tú sigues bendiciéndome.

Perdóname por todo lo malo que haya hecho, dicho o pensado que no haya sido de tu agrado.
Pido por tu perdón. Mantenme salva(o) de todo daño y peligro. Ayúdame a empezar esta semana con una nueva actitud y gratitud. Déjame hacer lo mejor de uno y cada día para aclarar mi mente, que pueda yo oírte. Por favor, aclara mi mente que pueda yo aceptarte, no me dejes quejarme por cosas que no puedo controlar. Y dame la mejor respuesta cuando me empujen fuera de mis límites.

Yo sé que cuando no puedo orar, tú escuchas mi corazón. Continúa usándome para ti. Continúa bendiciéndome para que pueda ser una bendición para otros. Mantenme fuerte para ayudar al débil. Mantenme en buen espíritu que pueda tener palabras de consuelo para otros. Yo oro por esos que no pueden encontrar el camino. Yo oro por esos que son juzgados y calumniados. Yo oro por esos que no te conocen íntimamente. Yo oro por esos que no creen. Pero te doy gracias porque creo en ti. Creo que Dios cambia la gente y cambia situaciones. Yo oro por todos mis hermanos y hermanas. Por cada uno y todas las familias. Yo oro por paz, amor y felicidad en sus hogares, que salgan de deudas y suplas sus necesidades. Yo oro por todo ojo que lea estas palabras sepa que no hay problema, circunstancia o situación que no exista para Dios. Toda batalla está en tus manos, para que la pelees. Yo oro que estas palabras sean recibidas en el corazón de quien las lea.
Oro por la sanacion… de alguien que será sanada!!!
Señor, te amo y te necesito, llena mi corazón, por favor.

El Amor de Dios es un amor efectivo. Nos cambia la forma de ver y la forma de responder. Aunque no podemos ver a Dios, sí podemos ver el efecto de su Amor en las circunstancias de nuestras vidas. Su Amor se hace visible al darnos cuenta de cómo nos cuida a través de todas las personas que nos han amado. Se hace visible cuando recordamos las veces que hemos sido perdonadas/os de las consecuencias de nuestros pecados y tonterías.
Más que todo, el Amor de Dios se hace visible cuando sentimos que desaparecen nuestros temores, y que se alzan nuestros corazones con nuestro amor y preocupación por los demás. Incluso si nuestras experiencias de ser amadas/os han sido a veces decepcionantes, existe en nuestro ser profundo, siempre vivo, siempre anhelante, el Espíritu de Amor, el Espíritu de Dios, que continúa creándonos y sosteniéndonos.
Dios es Amor. Él nos ha amado desde el principio.

Hoy 11 de febrero celebramos la Jornada Mundial del enfermo el amor de Dios manifestado en Cristo resucitado, sigue animando nuestra vida. Hoy los enfermos y sus familias, los profesionales de la salud, tienen un espacio especial, es un día para unirnos a tanto dolor y sufrimiento como hay en nuestro entorno, pero también para decirles que no están solos, que lo mismo que Jesús mostró su cercanía y su preocupación, lo hacemos nosotros como cuerpo asistencial de Dios.
Hemos estado reflexionando sobre el Amor de Dios, convencidos de que podemos y debemos transmitir este amor a nuestros enfermos, entonamos la siguiente oración.
Deus caritas est,
Dios es amor.

Tú, Padre, nos has amado tanto,
lo hemos experimentado a lo largo de la Historia:
en Egipto, en Israel, en la Cruz,
en nuestras vidas.

A veces la enfermedad pretende
arrebatarnos esta increíble experiencia,
otras veces, es la ocasión para vivirla.

También hoy sigo sintiendo tu Amor,
en tantos acontecimientos,
en tantas experiencias,
en tantas personas.

Un amor que no me deja indiferente:
me empuja también a mí a Amar,
a amar en dos direcciones:
a Ti y al hermano.

Dame tu Espíritu, Señor,
para amar siempre como Tú:
mirar como Tú, servir como Tú,
entregarme como Tú.

Con los enfermos,
pero también cuando a mi me toque
la enfermedad o el sufrimiento.

Que tu Amor me contagie y penetre,
para llegar a decir también yo:
«ya no soy yo, es Cristo quien ama en mí».

Gracias, Señor, por tu Amor,
gracias por tu Caridad.

Señor,
Hazme un instrumento eficaz
De tu misericordia.

Señor, bendice mi mente
Para que no sea indiferente ni insensible,
Sino solicita a las necesidades.
De mi prójimo enfermo.

Señor, bendice mis ojos
Para que reconozca en el que sufre
Tu rostro, y me conduzcan
A la luz y tesoros interiores.

Señor, bendice mis oídos
Para que oigan las voces que suplican escucha.
Y respondan a los mensajes
De quien no sabe expresar con palabras. .

Señor, bendice mis manos
Para que no permanezcan cerradas ni frías,
Sino, que transmitan calor y cercanía
Hacia quien necesita una presencia amiga

Señor, bendice mis labios
Para que no pronuncien frases vacías,
Sino, que expresen comprensión y gentileza
Que nace de un corazón que ama.



No hay comentarios: