jueves, 25 de octubre de 2012

Empezamos esta oración recordando que el próximo viernes los franciscanos del mundo queremos celebrar una vez más  el DIA DEL ESPIRITU DE ASIS, un día especial de oración por la Paz.

Nos unimos para recordar el 27 de octubre de 1986 que es ya una fecha que ha quedado grabada para siempre en la historia del camino arduo y esperanzador de la humanidad hacia la paz, a través de la oración. En este día, en vísperas del tercer milenio, por primera vez en la historia, jefes y representantes de las Iglesias cristianas y Comunidades eclesiales y de las diversas Religiones de todo el mundo se reunieron en Asís, invitados por el Papa, para rezar por la paz. Al mismo tiempo, en casi todas las latitudes del planeta callaron las armas, en respuesta a la llamada para una tregua universal que el mismo Papa había formulado para ese día.

¡Paz! Un ideal hecho plegaria en la ciudad de San Francisco,
¡Paz!, un grito religioso que ha subido al cielo y cuyos ecos se han difundido por el orbe entero.

Tal como decía Juan Pablo II en esa ocasión, nosotros también hoy podemos decir…

Creador de la naturaleza y del hombre,
de la verdad y de la belleza, elevo ante ti mi oración:

ESCUCHA MI VOZ… porque es la voz de las víctimas de todas las guerras y de la violencia entre los individuos y entre las naciones;

ESCUCHA MI VOZ… porque es la voz de los niños que sufren y sufrirán cada vez que los pueblos pongan su confianza en las armas y en la guerra;

ESCUCHA MI VOZ… cuando te pido que infundas en los corazones de todos los seres humanos la sabiduría de la paz, la fuerza de la justicia y la alegría de la amistad;

ESCUCHA MI VOZ… porque hablo en nombre de las multitudes de cada país y de cada periodo de la historia que no quiere la guerra y están dispuestos a recorrer el camino de la paz;

ESCUCHA MI VOZ… y danos la capacidad y la fuerza para poder responder al odio con amor, a la injusticia con dedicación a la justicia, a la necesidad con nuestra propia implicación, a la guerra con la paz.

Oh DIOS, ESCUCHA MI VOZ… y concede al mundo para siempre Tu paz.
  
A lo largo de la historia, muchos han sido los que han trabajado e incluso dado su vida por la paz, recordemos ahora algunas de sus palabras:

La madre Teresa de Calcuta, incansable luchadora por la paz, nos legó su principio: "La paz comienza con una sonrisa" y nos recomendó “No permitas que alguien venga o se aleje sin ser mejor y más feliz”
Juan Pablo II, uno de los papas más queridos de la historia al hablar de la paz dijo: "Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad".

Ghandi dijo: "No hay camino para la paz, la paz es el camino".

El Papa Juan XXIII, escribió en “Pacem in terris”, los cuatro requisitos para que reine la paz: Ha de estar fundada sobre la verdad, construida con las normas de la justicia, vivificada e integrada por la caridad y realizada, en fin, con la libertad.

Nuestro padre San Francisco nos dejó escrito “Aconsejo de veras, amonesto y exhorto a mis hermanos en el Señor Jesucristo que, cuando van por el mundo, no litiguen ni contiendan con palabras, ni juzguen a los otros; sino sean apacibles, pacíficos y moderados, mansos y humildes, hablando a todos honestamente, como conviene. Y no deben cabalgar, a no ser que se vean obligados por una manifiesta necesidad o enfermedad. En cualquier casa en que entren, primero digan: Paz a esta casa. Y, según el santo Evangelio, séales lícito comer de todos los manjares que les ofrezcan”.

En el siguiente fragmento del Evangelio de Juan, también se nos invita a ser transmisores de paz: “Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraba los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz con vosotros". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor y Jesús les dijo otra vez: "La paz con vosotros, como el Padre me envió, también yo os envío".

Oremos al Dios de toda la Humanidad invocándolo como Padre y diciendo:
PADRE, DANOS LA PAZ

Por la Iglesia, para que a ejemplo de Francisco de Asís, sepa construir un mundo más pacífico con un diálogo más abierto y fraterno. PADRE…

Por todos los miembros de la gran familia franciscana, que unida en la caridad y siguiendo a San Francisco, sepa expresar en la iglesia el testimonio de una auténtica fraternidad. PADRE…

Por todos nosotros, para que a ejemplo de Francisco de Asís, seamos mediante la oración y en la vida, constructores de paz e instrumentos de reconciliación. PADRE…
Por todos los hombres, para que cooperen en la creación de un mundo más justo, fraterno y evangélico. PADRE…

Terminamos nuestra oración de hoy pidiendo al Señor que nos ayude a ser constructores Paz entonando la oración  de San Francisco

Señor, haz de mi, un instrumento de tu paz;
donde haya odio, ponga amor;
donde hay ofensa, perdón;
donde hay duda, fe;
donde hay desesperanza, esperanza;
donde hay tinieblas, luz;
donde hay tristeza, alegría.

Oh Maestro,
que no me empeñe tanto.
En ser consolado como consolar.
En ser comprendido como comprender.
En ser amado como amar.
Porque dando se recibe.
Perdonando se es perdonado.
Y muriendo a si mismo
se resucita a la vida eterna. AMEN


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